gasteiz - En un curso político recién iniciado marcado por los trabajos de la ponencia de Autogobierno, a cuyo texto se está dando ahora forma jurídica, la intervención del lehendakari Iñigo Urkullu en el Pleno de Política General celebrado ayer no podía obviar una reflexión sobre lo acontecido en los últimos meses. Urkullu defendió la legitimidad de un acuerdo con EH Bildu basado en la extensión al ámbito político de los derechos históricos reconocidos en el Concierto Económico, y pidió al presidente Sánchez que presente alternativas si no lo ve viable o si piensa seguir sin cumplir el Estatuto de Gernika, pero también alertó de la necesidad de ampliar el consenso lo más posible para que el pacto tenga vocación de futuro. Un proyecto que solo representara a los abertzales y que generara “rechazo o indiferencia” entre quienes no lo son “significaría un fracaso estrepitoso” para Euskadi como “comunidad nacional integrada y cohesionada”, dijo.
Así, el lehendakari apostó por crear un “clima” favorable para una revisión pactada y legal del Estatuto, y para dotarlo de legitimidad trató de seducir a sus socios del PSE para que se incorporen al consenso, así como a Elkarrekin Podemos, que aunque ha aportado en el ámbito social disiente en la parte nuclear del texto. “Imaginemos el escenario de un amplio acuerdo; es positivo, es posible”, reiteró el lehendakari.
Urkullu avaló la apertura de la bilateralidad al ámbito político basada en los derechos históricos que reconoce la Constitución para el Concierto Económico, y apostó por un modelo confederal que, afirmó, es el que funciona en la Unión Europea, y en la propia Comunidad Autónoma Vasca, fruto de la libre adhesión de Álava, Gipuzkoa y Bizkaia.
Urkullu reconocía una nueva “actitud formal” en el Ejecutivo de Pedro Sánchez, pero a su vez recordaba que el Estatuto de Gernika sigue sin completarse 40 años después y que hasta la fecha el Estado español “no reconoce su realidad plurinacional”. Por ello, pidió al Gobierno una “escucha activa y un diálogo constructivo con las instituciones vascas”, y ante la eventualidad de que un nuevo pacto en Euskadi sea rechazado por el Estado, lanzó la pregunta que más resonó ayer en la Cámara. “Si se mantiene esta cerrazón, ¿cuál es la alternativa?”.
En cuanto a la invitación a ampliar el consenso, Elkarrekin Podemos, pese a que ayer ejerció un papel de dura oposición, afirmaba que si hay voluntad y no se sobrepasan los cauces legales cabe ampliar un acuerdo que “nos reconozca como nación”, señaló Lander Martínez. En el PSE, Idoia Mendia se mostraba posibilista y llamaba a buscar vías de acuerdo, sin renunciar a su posición federal frente a la confederal, y siempre que se alcance un pacto “viable”, pues lo contrario solo generaría “frustración”. “Entre el todo y la nada existe un enorme cauce en el que cabemos todos”, enfatizó.
Descartado del posible consenso un PP que acusa al PNV de querer cobrarse con el estatus la factura de su apoyo a la moción de censura a Rajoy, y que en palabras de Alfonso Alonso no considera incumplido el Estatuto, quedaba escuchar a EH Bildu. Su portavoz, Maddalen Iriarte, ligaba el derecho a decidir con las políticas sociales, en una jornada marcada también por la pugna en este ámbito entre el partido soberanista y Elkarrekin Podemos por el espacio sociológico de izquierdas. Lanzaba además un cabo al lehendakari al ratificar que el acuerdo alcanzado es bueno porque “demuestra que es posible conseguir alianzas más amplias”, y porque “responde a una mayoría de este pueblo, de izquierda a derecha”. Eso sí, por otro lado señalaba que aunque EH Bildu “tiende la mano” al PNV para “emprender un nuevo camino”, “el actual gobierno bipartito es un lastre”. La invitación a una revisión de los ejes políticos en Euskadi de cara al corto plazo -acabamos de entrar en un curso electoral- está ahí, pero a EH Bildu y al PNV les separan, en ese sentido, las políticas sociales. Al igual que Elkarrekin Podemos, la formación abertzale fue muy crítica con el lehendakari, le achacaban conformismo en un ámbito que consumió una gran parte del debate sostenido ayer en el Parlamento, en detrimento de la cuestión catalana o la desaparición de ETA y la situación de sus presos, cuestiones apenas mencionadas.
apoyo presupuestario ante esas críticas, el lehendakari anunciaba “compromisos concretos para el acuerdo presupuestario” con un gobierno en minoría que puede dar por descartado el apoyo del PP. “Será difícil satisfacer nuestras expectativas a la vez que las de Podemos o Bildu”, sentenció Alfonso Alonso. Sea como sea, Urkullu considera que “hay proyectos, hay recursos” y no duda de que “puede haber acuerdos”.
Por otro lado, en su discurso defendió la estabilidad presupuestaria, tras un ejercicio cerrado con superávit, para “garantizar el desarrollo y la cohesión social sin hipotecar a las generaciones futuras”.
Además, el lehendakari reconocía los “problemas” surgidos en la OPE de Osakidetza y las dificultades para “poner en marcha la Mesa de Diálogo Social”, pese a lo cual la oposición le acusó de falta de autocrítica, y en el caso de Elkarrekin Podemos, incluso de actuar con “soberbia”.
“Democracia plurinacional”. Para Iñigo Urkullu, la propia Europa como tal constituye un ejemplo de “democracia plurinacional”, como “marco para la convivencia armónica de realidades nacionales diversas”, y los países que la integran han adoptado diversas fórmulas, además, para aliviar sus tensiones territoriales internas. Así, el lehendakari hizo mención a Escocia y Gran Bretaña “como ejemplo de cultura política para reconocer la realidad plurinacional y aplicar el principio democrático de manera pactada”, a Bélgica y su modelo de federalismo asimétrico, a Suiza, “con un modelo de soberanía compartida, el respeto a la bilateralidad y el ejercicio de la democracia directa”; o a “Baviera y el federalismo alemán, basado en el principio de subsidiariedad, cohesión y solidaridad”.