ERC ha mantenido una posición pragmática y posibilista en los últimos meses, con la expectativa de que Catalunya recupere el autogobierno y Madrid deje de aplicar el artículo 155 de la Constitución española. Los republicanos han deslizado la opción de negociar un candidato alternativo a la investidura en el supuesto de que el Estado vetara a Carles Puigdemont, pero la ofensiva que se ha desatado en las últimas horas por parte del Gobierno español y del Tribunal Constitucional contra la candidatura del president cesado está propiciando que ERC cierre filas con JxCat, al menos en los próximos días y mientras Puigdemont tenga margen para exprimir todas las vías y recursos. ERC aseguró ayer que, ahora más que nunca, su candidato es Puigdemont, aunque el portavoz en el Congreso de los Diputados, Joan Tardà, volvió a sugerir que la prioridad es evitar que el Estado fuerce nuevamente unas elecciones.
La mañana comenzó con cierta confusión en ERC. La Vanguardia publicó una entrevista con Tardà, donde el diputado apostaba por no poner en riesgo la mayoría absoluta que logró el soberanismo en las elecciones de diciembre. Aunque aseguró que Puigdemont es su candidato, recalcó que es “imprescindible” tener un Govern y que, “si hay que sacrificar al presidente Puigdemont, tendremos que sacrificarlo”. El portavoz de ERC, Sergi Sabrià, salió al paso en Rac1 para matizar que la entrevista se realizó hace unos días, antes de la decisión del Tribunal Constitucional y, por lo tanto, insinuó que había perdido vigencia. “Ahora que el embate es más feroz que nunca, queda más claro que Puigdemont debe ser nuestro candidato. No solo el de JxCat, sino de todos los que se sientan demócratas”, zanjó. Por ello, recalcó que el objetivo es que mañana se celebre el pleno de investidura, y que Puigdemont sea candidato.
Tardà, no obstante, retomó el debate en su cuenta de Twitter para ratificarse en dos hechos: dijo que Puigdemont y Junqueras son su president y su vicepresident, aunque añadió entre paréntesis que uno se encuentra en el exilio y otro en la cárcel; y mencionó como segunda verdad que “el bien superior a preservar” es “la titánica victoria independentista del 21-D”.
ERC, en cualquier caso, optó ayer por cerrar filas en torno a Puigdemont, una posición propiciada también por la escasa receptividad de JxCat en este momento a debatir sobre otro aspirante. La actuación del Tribunal Constitucional se está recibiendo por parte de JxCat como una nueva agresión del Estado contra la decisión expresada por los catalanes en las urnas, como ya sucediera con el tijeretazo al Estatut por parte del mismo tribunal. El soberanismo ha entrado en una dinámica de resistencia en las últimas horas, al menos hasta que Puigdemont tenga alguna opción de ser investido.
protestas Los comités de defensa de la república, los colectivos que se movilizaron en las jornadas previas al referéndum del 1 de octubre para permitir el traslado de las urnas y la apertura de los colegios electorales, se han reactivado mientras circulan por internet convocatorias para acudir a las inmediaciones del Parlament con caretas de Puigdemont. También la CUP se ha sumado al cierre de filas, avisando de que, si Puigdemont no es el aspirante, no acudirá a la votación. Su voto no sería decisivo porque, sin sus cuatro escaños, JxCat y ERC suman 66 votos, uno más que el resto de grupos, contando con que se corra la lista para todos los consellers en Bruselas, que no pueden delegar el voto.
Por otro lado, más de 5.000 personas reclamaron ayer en Girona y Barcelona la libertad de Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart. Se vieron caretas del candidato y se corearon gritos de “Puigdemont president”.