El Deportivo Alavés dijo adiós ayer a su notable paso por la edición copera de la temporada 2023-24. El conjunto vitoriano, que centró su atención de manera evidente en el exigente compromiso del viernes ante el Cádiz, cayó ante un Athletic eficaz en ambas áreas y que encontró en Villalibre al verdugo de la escuadra albiazul.

Luis García tuvo claro su plan de partido en la eliminatoria de anoche. El técnico madrileño dio minutos a los futbolistas menos habituales con tal de oxigenar a su guardia pretoriana y también dio confianza a los futbolistas de la segunda unidad que aguardan una oportunidad desde el banquillo. De este modo, los menos habituales recibieron una ocasión de oro para reivindicarse y mostrar sus credenciales, pero lo cierto es que la actuación de la segunda unidad estuvo bastante lejos de la versión más reconocible del Glorioso. 

Más allá de la reacción tras el descanso, pocas conclusiones positivas se pudieron extraer sobre los ocho cambios realizados por Luis García en la eliminatoria ante el Athletic.

Giuliano Simeone, inmerso en su proceso de adaptación, regresó a la escena competitiva como segundo punta junto a Omorodion. No obstante, los dos jóvenes arietes apenas intervinieron durante una primera parte gobernada por el anfitrión. Sí que lo hicieron en el arrebato albiazul del comienzo de la segunda parte cuando el delantero melillense desperdició una volea para poder empatar el cruce y Giuliano tampoco pudo materializar un disparo en el área pequeña.

Rostro resignado

Ianis Hagi también fue de la partida en San Mamés, pero apenas trascendió en el desarrollo del juego más allá de una aislada ocasión en el comienzo de la velada. El mediapunta rumano se desempeñó en el costado derecho sin llegar a encontrarse cómodo en una velada en la que el Alavés no fue capaz de imponer su sello y acabó el choque con claros signos de resignación tras no poder desplegar su juego.

Luis García volvió a hacer uso de la polivalencia de los suyos para plasmar un once competitivo en San Mamés. La retaguardia estuvo formada por Álex Sola en el carril derecho, Víctor Parada en el izquierdo y Duarte y Tenaglia como centrales. No obstante, la defensa no se mostró del todo rocosa. Sivera tampoco fue del todo sólido en el primer gol del Búfalo y los extremos del conjunto vizcaíno atacaron con suma facilidad los espacios a la espalda de la zaga. Además, el Athletic castigó al Glorioso a través del poderío físico de Villalibre, quien salió airoso de todos los duelos individuales y quien remató a placer en el segundo y decisivo gol del choque.

No obstante, el Deportivo Alavés dio la cara tras regresar del tiempo de descanso. El equipo vitoriano ofreció un inicio de segunda parte de mayor agresividad y desparpajo con una fase en la que se vio a una escuadra con más llegada al área rival. De esta forma llegaron unos acercamientos diáfanos, pero cuando más cómodo se encontró el equipo sobre el verde llegó el mazazo del segundo gol. 

Sin duda, la noticia más positiva de la derrota sufrida en Bilbao reside en el minutaje de los futbolistas provenientes del filial. El lateral Víctor Parada salió de inicio en un escenario de máxima exigencia y con el paso de los minutos el técnico albiazul abrió la puerta a Selu Diallo y José de León. Todos ellos, piezas clave del Alavés B y futbolistas que se encuentran inmersos en sus respectivos procesos de formación bajo el paraguas de Ibaia.