El té es sin duda el rey de las infusiones por sus múltiples beneficios para la salud. Tiene muchos nutrientes, pocas calorías y un potente sabor y es muy rico en vitaminas y minerales. Supone una importante fuente de antioxidantes y de taninos, que le confieren su característico sabor amargo, y tienen un efecto astringente. Además, las catequinas le proporcionan unas importantes propiedades antiinflamatorias y anticancerígenas.
El té contiene menos cafeína que el café, pero a diferencia de esta se absorbe más despacio y su efecto se prolonga durante más tiempo. Si la presencia de cafeína en el té es un problema para alguien, también existen en el mercado variedades descafeinadas. Se recomienda no tomar más de tres tazas al día.
Cada una de las variedades tiene sus matices y toques diferentes, por lo que lo ideal es ir probando hasta encontrar la opción perfecta. Puedes combinarlo con otros alimentos como el limón, el jengibre o la miel y, además de enriquecer su sabor, le añadirás más nutrientes.
También puedes utilizar el té como un ingrediente para usar en repostería y gracias a sus beneficios antioxidantes es muy útil en la lucha contra el envejecimiento. Así, además de ser un ingrediente habitual en múltiples productos de belleza no puede faltar en una mascarilla facial casera.
Hay muchos tipos de tés, cada uno con sus propias características y sabores. Expertos de Nutritienda nos muestran las propiedades de algunos de ellos:
1- Té negro. Su color ámbar y su intenso sabor lo convierten en la opción ideal para empezar el día, sobre todo para quienes quieran reducir la ingesta de cafeína y sin renunciar al extra de energía que les aporta. Es el más oxidado de todos y contiene flavonoides con un fuerte poder antioxidante y teaflavina.
2- Té rojo. Se caracteriza por su tonalidad rojiza y su sabor terroso. Es un importante aliado en las dietas para perder peso y una forma ideal de aumentar la cantidad de líquidos y evitar la retención. Tiene también compuestos astringentes que favorecen la digestión.
3- Té verde. Es fresco y ligero y muy rico en antioxidantes gracias a las catequinas. Es muy habitual su presencia en productos de cosmética y de belleza, sobre todo en aquellos orientados a la limpieza, debido a su gran efecto purificante y limpiador. La cafeína que contiene le convierte en un estimulante suave, lo que hace que gastemos más energía y así quemaremos más grasa.
4- Té blanco. Por su sabor sutil, es ideal para quienes se inician en el consumo de esta bebida. Contiene sustancias antiinflamatorias y es una de las variedades que más antioxidantes contiene, propiedad que le convierte en un ingrediente habitual en los productos de belleza; no en vano se le conoce como el 'té de la belleza'. Además, ayuda a mantener una buena salud dental ya que no mancha los dientes.
5- Té kombucha. En realidad no se trata de un té, sino de una infusión o, mejor dicho, un fermento elaborado a base de té. Es un té probiótico fermentado naturalmente a partir del hongo Scoby. Ese hongo debe ser alimentado con té y azúcar para que produzca el fermento. Se puede tomar frío o a temperatura ambiente y su sabor ácido recuerda al de la sidra. Entre sus beneficios, contribuye al bienestar emocional, alivia el intestino irritable, activa las defensas del cuerpo, regula la flora intestinal, equilibra la acidez en el cuerpo y ayuda a reducir el colesterol.