LA reedición del León Cupra depara una golosina con 290 CV, una irresistible tentación dirigida a incondicionales de la deportividad. Tal alarde de caballería aleja este cohete de algunas manos, aunque su precio (inferior a 30.000 euros si se acumulan todos los descuentos posibles) lo ponga a tiro de muchos bolsillos.

Diez caballos de propina, fruto de unos pocos pero significativos reajustes técnicos, convierten a la ejecución Cupra del León en un producto todavía más simbólico. Lo es por doble motivo: se trata del SEAT de serie más potente de la historia y va destinado a una escuetísima clientela. Erigida en emblema de la gama, esta sobria y resolutiva máquina de precisión incita a una selecta minoría de entendidos. La integran habitualmente personas iniciadas en los secretos del pilotaje deportivo y con un conocimiento perfecto de lo que adquieren; eso significa que suelen saber cómo y dónde disfrutar con plenas garantías de su bólido.

Al igual que sus antecesores, este Cupra es un automóvil en cierto modo bipolar. Su comportamiento puede variar radicalmente en función del estado de ánimo y/o de la pericia de quien empuña su volante. Así, en el escenario idóneo y bajo la batuta apropiada, este León superlativo saca la uñas para protagonizar reacciones fulgurantes, dignas de la competición. En cambio, sometido al trato sereno que sugiere su nada barroco porte deportivo, asume los cometidos cotidianos con la docilidad y el confort de marcha de cualquier compacto doméstico.

La más efusiva de las interpretaciones del León, el producto estrella de la firma, se oferta con un trío de envases diferentes: cinco puertas, familiar ST y SC de tres accesos. Comparten una variante del propulsor 2.0 TSI equipada con sistemas de doble inyección (directa e indirecta) y de distribución variable. Suministra 209 CV, potencia que el tren delantero digiere con ayuda de un diferencial autoblocante VAQ dotado de gestión electrónica. Gracias a la misma queda garantizada la eficacia de movimientos del vehículo con aportaciones como el DCC (sistema de control de chasis adaptativo) y el Cupra Drive Profile, un dispositivo que permite elegir entre cuatro modos de conducción (cada uno modula la entrega de par motor, la respuesta del cambio, la desmultiplicación de la dirección y el tarado del VAQ).

Del temperamento del León Cupra dan testimonio sus credenciales, que reflejan unas contundentes prestaciones. Es espectacular su capacidad para acelerar de 0 a 100 km/h, un trámite que lleva apenas 5,6 segundos (5,7 si en lugar de cambio DSG monta caja manual). Pero aún más impresionante resulta experimentar los demoledores efectos de sus facultades para frenar y recuperar de inmediato el brío. La velocidad punta queda limitada de modo electrónico a 250 km/h. Cambiando efusividad por sosiego, este coche permite acercarse a las fantásticas cifras de consumo obtenidas en la fase de homologación, que rubrican promedios oficiales a partir de 6,5 litros; en tal caso, las emisiones se aproximan a los 149 g/km de CO2 prometidos.

SEAT pone esta versión en la calle perfectamente pertrechada. La provee de sistema multimedia de última generación, llantas de aleación de 19 pulgadas, proyectores delanteros Full LED y pilotos traseros LED, sensores de lluvia e iluminación, asientos deportivos con tapizado Alcántara, volante Cupra, etc. Además, oferta la opción de instalar el Paquete Performance, que agrega nuevos complementos: equipo de frenos Brembo de cuatro pistones con pinzas fijas y discos delanteros perforados de 370 mm de diámetro, neumáticos Michelin Pilot Sport Cup 2 calzados con llantas especiales de 19 pulgadas en tono negro o naranja, así como molduras laterales específicas. También es posible escoger entre tres líneas de acabado, que se distinguen por adornar con otros tantos colores (negro, naranja y blanco) llantas, carcasas de los retrovisores, marco de la parrilla frontal y logotipo.

La tarifa oficial del SEAT León Cupra discurre entre 34.050 y 37.130 euros. No obstante, ese desembolso disminuye al acumular descuentos promocionales y ofertas de financiación, de modo que el importe final mínimo de la factura se aproxima a los 30.000 euros.