Numerosos vehículos y viajeros cruzan el peaje de Arrigorriaga en la AP-68 en dirección hacia Bilbao mientras recorren un verde paisaje entre montes y valles salpicados de caseríos, barrios y pequeños pueblos. Unas enormes canteras parecen desviar la Autopista Vasco Aragonesa en dirección a Laudio en busca de la AP-8 que viene de Gipuzkoa, unirse a ella para convertirse en la A-8 y entrar en Bilbao o seguir hacia Santander.

La prisa se ha convertido en una de las señas de identidad de nuestra época y lo importante es llegar al destino. Pocas veces nos paramos a pensar sobre los lugares por los que pasamos concentrados como vamos en conducir, el chófer, y dormir, charlar o elegir la música, los pasajeros, mientras dejan vagar perezosa y distraídamente la mirada por el paisaje. Pocas veces nos preguntamos qué se esconde al otro lado de los quitamiedos que bordean la carretera. Por este motivo nos perdemos la oportunidad de conocer el valle de Orozko, que parece esconderse debajo, o más bien detrás, de la citada autopista.

El viejo molino del barrio de Ugalde. J.M. Ochoa de Olza

Orozko

El valle de Orozko, que también es un municipio, se encuentra encajonado entre la muga con Álava y el Parque Natural del Gorbeia, con el macizo de Itxina marcando el horizonte del valle por el este. De esa dirección bajan el río Atxuri y el arroyo Ursalto, que desemboca en el primero, y que junto con el Altube vertebran la mayor parte de este valle. Ambos confluyen en el barrio de Zubiaur, y bajo el nombre de Altube corren en dirección al Cantábrico hasta encontrarse con el Nervión tras salir del valle por el barrio de Bengoetxea.

Como muchos parajes en los que el agua es protagonista y los montes y bosques ofrecían recursos y protección, muy temprano comenzó la presencia humana, que dejó como señal más antigua el menhir de Kurtzegan, uno de los monolitos de este tipo más importantes de Euskadi y señal de uno de los 11 asentamientos prehistóricos encontrados en Orozko. Desde entonces, la presencia humana ha sido constante y ha dejado su huella en el patrimonio.

De Murueta a Arbaiza

O viceversa. Desde Bilbao, a unos 25 kilómetros, el barrio de Murueta, en un alto vigila la entrada al valle que en la práctica se hace por Bengoetxea. Desde el sur, desde Vitoria-Gasteiz, el acceso está en el barrio de Arbaiza, a unos 40 kilómetros. Este recorrido va prácticamente paralelo a la autopista.

Como por algún sitio hay que empezar, el barrio de Murueta se convierte en una elección sencilla. Ubicado en un alto, sus casas de piedra alrededor de la iglesia de San Pedro ofrecen un conjunto marcadamente rural que combina la ganadería con la agricultura. Los pastos y las vides se alternan con el bosque ofreciendo un entorno tranquilo donde poder disfrutar de salidas y excursiones por los alrededores.

La iglesia de San Pedro de Murueta. J.M. Ochoa de Olza

Desde Murueta, la cantera de Orozko domina la vista hacia el valle. El espectacular agujero en la ladera del monte impresiona y hay que llegar hasta él para entrar en Bengoetxea, el más industrial de los barrios de Orozko. Además de las empresas relacionadas con la extracción de áridos destinados a la construcción, destaca la fábrica de galletas Artiach, que se trasladó a esta ubicación en 1984 después de que la fábrica original de Zorrotzaurre en Bilbao sufriera el embate de las inundaciones de agosto de 1983.

La siguiente parada es Zubiaur, el principal núcleo de Orozko y sede del Ayuntamiento del municipio. Antes se puede hacer una visita al núcleo de San Juan/Donibane para ver la antigua iglesia vieja de San Juan Bautista, un tanto deteriorada, y el cementerio local.

La turbulenta historia medieval vizcaina también se dejó sentir en este valle y varias casas torre son la prueba. Antes de llegar a Zubiaur, en la orilla del río Altube se puede ver la restaurada casa torre de Torrelanda, que en realidad es un conjunto arquitectónico que incluye también una ferrería y un viejo molino. El canal que desviaba agua ahora está seco, y permite intuir la relevancia de estas dos factorías que unen dos importantes industrias de Bizkaia: el hierro y la agricultura.

El río Altube parte en dos Zubiaur y la carretera se mantiene en su margen izquierda remontando el cauce y recorriendo parte de su casco histórico, entre cuyas casas destacan el palacio torre Gil, el palacio Aldama o Bengoa y el palacio Muñoz. También en esta orilla se encuentra la nueva iglesia de San Juan.

La carretera y el río continúan su recorrido casi paralelo hasta llegar a Arbaiza tras cruzar por debajo dos veces la A-68 y luego ascender rápidamente. Las laderas del monte y los prados ofrecen un marco bucólico al que no llega el ruido del tráfico.

El río Altube cruza y parte en dos el barrio de Zubiaur, además de vertebrar una de las dos rutas de Orozko. J.M. Ochoa de Olza

De Zubiaur a Urigoiti

De vuelta en Zubiaur, el segundo puente sobre el Altube es el punto de partida de la otra mitad de esta ruta. Cruzarlo es adentrarse en la zona más antigua del barrio y que forma su corazón social. En la plaza Zubiaur se encuentra el Ayuntamiento de Orozko, el Museo Etnográfico, la mayor parte de los locales de hostelería y el frontón, donde los domingos por la mañana se mantienen los partidos de pelota.

La carretera se encuentra con el curso del río Atxuri y rápidamente se llega al barrio de Jauregi, con un imponente palacio y la cercana ermita de Santa Katalina. Pronto, en un cruce a la izquierda, junto a la capillita de San Cristóbal, un desvío lleva a Albizuelexaga-San Martín donde se puede visitar la sólida y maciza iglesia que da nombre a este grupo de viviendas.

De vuelta a la orilla del río, antes de llegar a Ibarra, la parada obligatoria hay que hacerla en la casa torre de Aranguren, probablemente la más emblemática del valle y de Bizkaia. Mantiene su estructura original, sin apenas modificaciones desde su construcción.

La torre de Aranguren, probablemente la más emblemática de este valle y de toda Bizkaia. J.M. Ochoa de Olza

En Ibarra se respira el aire de nudo de comunicaciones, ya que hasta aquí bajan las rutas que vienen del Parque Natural de Gorbeia con el macizo de Itxina dominando y cerrando esta parte del valle. También dos cursos de río se juntan aquí. Por el lado izquierdo de la carretera aparece el arroyo de Ursalto, que viene desde el barrio de Gallartu y nutre con sus aguas el Atxuri, en el lado derecho. Ibarra comienza, o termina según la dirección del viajero, en este punto. La iglesia y el convento de las Mercedarias en su principal edificio.

Si se remonta el Atxuri, Urigoiti, casi a los pies del Itxina y vertiginosa entrada al parque del Gorbeia, es el destino. Junto a la iglesia de San Lorenzo se reúnen montañeros y excursionistas para comenzar el recorrido elegido o para reponer fuerzas con un bocadillo antes de bajar en coche hasta Zubiaur para el reconfortante café. Entre las cuidadas casas de piedra destaca el caserío Munukogoikoa, del siglo XVI. Su estructura es la madera, con paredes a base de tablas de roble y castaño, entre las que asoman las cabezas talladas de las vigas.

De nuevo en Ibarra, ahora toca remontar el Ursalto hasta Gallartu, entrada al extremo más septentrional del parque del Gorbeia. A la ida o la vuelta se puede hacer una parada en el barrio de Zaloa para conocer la curiosa ermita de Santa María, que combina madera, piedra y estuco. Su atrio cubierto se ve muy protegido por un sólido murete, que es base de las columnas de madera que sostienen la cubierta.

El valle de Orozko, escondido debajo de la AP-68, es un enclave secreto que merece la pena conocer, recorrerlo con calma para disfrutarlo. Son muchos, incluidos vizcainos, los que se preguntarán cómo es que no conocían todavía este rincón. Pues durante esta primavera y las dos próximas estaciones encontrarán la oportunidad de poder disfrutarlo y asombrarse.