La Itzulia Women, un tríptico de clásicas, exige prestar atención en cada momento. “Hay que estar atentas cada día”, vaticinaba Demi Vollering, campeona de la carrera en dos ocasiones, en la antesala de la salida en Zumarraga. Reina de Euskadi, la neerlandesa es la gran favorita para coronarse por tercera vez en la cita vasca. Después de dominar en la Vuelta, Vollering abrió los ojos de buena mañana para encarar el primer día de la Itzulia Women, mecida la carrera al sol que estiraba el camino entre Zumarraga y Agurain en la etapa más larga de la competición.
La alegría bañó la victoria incontestable de Mischa Bredewold, que cumplió punto por punto con el guión preestablecido, en el arranque de la carrera. Agurain llevaba impreso su nombre. La neerlandesa sabe lo que es ganar en la Itzulia Women. El pasado curso venció dos etapas. La gloria de Bredewold fue el drama de Anna van der Breggen, su compañera y líder, que tras irse al suelo cedió 43 segundos. Después le aplicaron una sanción extra de 20 segundos por remolcarse.
La neerlandesa, una de las opositoras al triunfo final de la Itzulia, se cayó y quedó tachada de la carrera. Alcanzó la meta rodeada por sus compañeras, maldiciendo la caída. El arrope de su equipo fue el consuelo en un día agridulce. Sonreía Bredewold y padecía Van der Breggen.
Itzulia Women
Primera etapa
1-Mischa Bredewold (SD Worx) 3h52:02
2-Millie Couzens (Fenix) m.t.
3-Margaux Vigié (Visma) m.t.
23-Usoa Ostolaza (Laboral Kutxa) m.t
38-Ane Santesteban (Laboral Kutxa) m.t.
General
1-Mischa Bredewold (SD Worx) 3h51:51
2-Millie Couzens (Fenix) a 5''
3-Margaux Vigié (Visma) a 7''
30-Usoa Ostolaza (Laboral Kutxa) a 11''
41-Ane Santesteban (Laboral Kutxa) m.t.
El SD Worx era un reflejo exacto de la vida, indomable, caprichosa, bella y cruel. Herida Van der Breggen, es hora de Bredewold, que el pasado curso fue segunda en el podio final de la Itzulia. Su candidatura es firme.
Bredewold estalla
En el camino de inicio de la Itzulia Women asomaban las chepas de tres ascensiones, Arlaban, Opakua y Azazeta, bajorrelieve en realidad para el pelotón, que permitió varios fogonazos hasta el estallido Bredewold, la traca final en un esprint en el que sometió a Millie Couzens y a Margaux Vigié.
No lo pudo festejar Anna van der Breggen, caída en desgracia en una curva con la carrera frenética, enfilada hacia el final. El ocaso le agarró de las solapas a Van der Breggen. La neerlandesa se fue al suelo y se le evaporó la Itzulia Women. Se dolió en el suelo hasta que pudo ponerse en pie, visiblemente apaleada, y continuar como pudo.
La carrera le descabalgó cuando su equipo gobernaba la aproximación. El ciclismo muestra su crueldad en cualquier rincón. No respeta a nadie la carretera, que no entiende de jerarquías. A la neerlandesa, doliente el gesto, el cuerpo baqueteado, le remolcaron sus compañeras, a modo de un grupo de salvamento, una cordada de rescate. Espíritu mosquetero. Una para todas y todas para una. A Van der Breggen, una de las candidatas a la corona de laurel, la malaventura le colocó una corona de espinas. Bredewold alivia el dolor de Van der Breggen.
