Desenvoltura, austeridad y pulcritud son las tres cualidades esenciales a las que aspira casi todo comprador de un automóvil. Si, además, la combinación va sazonada con un precio tentador, mejor todavía. Con esas premisas y el respaldo de un copioso bagaje tecnológico, Peugeot ha desarrollado una lúcida variante motriz diésel en la que las prestaciones son tan prioritarias como la economía y el respeto al medioambiente. El propulsor, un 1.6 de la serie BlueHDi acoplado al 308, entrega 100 caballos, reclama 3,6 litros de promedio y exhala solo 94 g/km de CO2. Disponible a partir de 16.850 euros, se perfila como la opción más cabal para la mayoría de la clientela.
La calidad de un fabricante se constata por medio de su repertorio de productos. Por el diseño y la variedad de su gama, pero también por las innovaciones técnicas que es capaz de introducir en ella. Y por la capacidad para sintonizar con los gustos y con las necesidades de sus parroquianos. Así es como un constructor demuestra ser verdaderamente competente.
“El talento consigue dar en la diana mientras los demás fallan; el genio da en una diana que los demás no han visto”. Peugeot corrobora la reflexión del filósofo alemán Schopenhauer y vuelve a plasmar el suyo en una perspicaz motorización. La marca del león pone en los escaparates una factura de la familia de motores BlueHDi que apuesta por una combinación de solvencia, frugalidad y limpieza absolutamente impecable. Tanto, que se convierte en candidata ideal para buena parte de los destinatarios del 308, en el que debuta, pero también de otros modelos de la casa en los que va a estar disponible.
El sobrenombre BlueHDi distingue a las mecánicas gasóleo del grupo PSA (Peugeot, Citroën y DS) que cumplen las exigencias de la normativa anticontaminación Euro6. Lo consiguen combinando tres elementos distintivos: filtro antipartículas (FAP) con aditivo AdBlue (agua más urea), catalizador Selected Catalytic Reduction (SCR) y dispositivo Stop & Start. Su labor conjunta suprime hasta un 90% de los óxidos de nitrógeno (NOx) y un 99% de las partículas, atenuando el consumo de combustible y el volumen de dióxido de carbono (CO2) emitido.
Esa reducción en el impacto ecológico del vehículo repercute favorablemente en el bolsillo de quien lo adquiere. El conductor del Peugeot 308 dotado del motor 1.6 BlueHDi 100 CV S&S disfrutará de los modales enérgicos y al tiempo sobrios que evidencia. Los 3,6 litros de media que reclama en condiciones óptimas son compatibles con reacciones alegres que confieren un relativo desparpajo en carretera. Gracias al mismo es posible progresar de 0 a 100 km/h en 11,3 segundos y rodar a una velocidad máxima de 186 km /h; el 308 con carrocería familiar SW se acerca bastante a esta cifras.
La cuarta propuesta diésel de esta serie tecnológicamente avanzada -hay versiones con 120, 150 y 180 CV- se comercializa con tres puestas en escena. La más asequible reclama 16.850 euros y la mejor dotada cuesta 19.150; decantarse por el formato SW comporta desembolsar 900 euros extras.