Infiniti desciende de las alturas y pone los pies en el suelo. Cubre ese trayecto a bordo de dos productos complementarios aún en fase experimental. La aristocrática prima-hermana de Nissan tiene casi a punto un automóvil compacto, proyecto disociado en dos vertientes: una propone un turismo con estampa coupé y la otra lo adorna con aires camperos. La primera de esas ejecuciones ya tiene cita con el mercado en otoño; la variante crossover ahora insinuada se hará esperar hasta 2016. La misión de este dúo es intentar que Infiniti arraigue entre las clases medias, que gastan menos pero compran mucho más que la clientela Premium.
El futuro hermano menor del QX70 y del QX50 contemporáneos acaba de realizar su presentación en sociedad en el Salón del Automóvil de Ginebra. La ocasión y el escenario inducen a pensar que la del estreno no será la fisonomía definitiva. Sin embargo, el perecido con sus mayores y la verosimilitud de su figura sugieren que el aspecto final no variará demasiado. Probablemente, el QX30 resultante se limite a matizar las líneas más angulosas y a moderar la vistosa parafernalia aerodinámica del prototipo. Su destino lo llevará a medirse a los crossover urbanos de hechura sucinta más cuidados. Esa lista va creciendo con candidatos como el Audi Q3, el Mercedes Benz GLA, el BMW X1, el Volkswagen Tiguan, el Range Rover Evoque, etc.
Otra razón para tomarse en serio el aspecto de la nueva hipótesis de Infiniti es la coherencia con el estilo de su alter ego de calle, un Q30 prácticamente visto para sentencia. A diferencia de este turismo escueto, que comenzará a rodar a final de temporada, la conversión de estilo SUV realza ligeramente su figura. Mantiene las proporciones horizontales (ocupa 4,43 metros de largo y 1,82 de ancho), pero eleva su plataforma: deja 19 centímetros de altura libre para consentir hipotéticas incursiones fuera del asfalto, con lo que el techo toma altura (1,52 metros). La cosmética también fomenta la distinción al aportar ornamentos y musculatura: reviste con protecciones de fibra parte de la carrocería (pasos de ruedas, flancos y paragolpes), además de instalar llantas especiales de 21 pulgadas.
El QX30 participa en la convocatoria suiza animado por un propulsor gasolina de cuatro cilindros multiválvulas y dos litros. Instala, asimismo, tracción integral y sistema de cuatro ruedas directrices. El constructor oriental anuncia que en el catálogo comercial del modelo convivirán varias propuestas diésel y gasolina escalonadas.
La del QX30 no es la única hipótesis de futuro que esgrime el constructor japonés esta temporada. El certamen helvético sirve de escaparate para da a conocer en Europa el Q60 Concept, coupé en fase embrionaria que se convertirá en realidad el año que viene. Este segundo prototipo, revelado semanas atrás en el Salón de Detroit, toma el testigo del Q80 Inspiration que paseó por el mundo el año anterior y permite extraer algunas conclusiones.
Una de ellas es la talla que tendrá el deportivo consiguiente. Las proporciones del modelo final no diferirán demasiado de las de este boceto efímero, que ostenta 4,69 metros de eslora (tiene 1,86 metros de manga, 1,37 de alzada y 2,85 de batalla).