El primer paso para abandonar un hábito es querer hacerlo por iniciativa propia. Como es una decisión que ninguna otra persona puede tomar por ti, toca hacer de la convicción una fortaleza. Aparcamos a un lado el discurso repetido hasta la saciedad sobre lo malo que es fumar y lo sustituimos por una lista de razones que ponen en contexto los perjuicios reales del tabaquismo:

1. El humo del tabaco contiene nada más y nada menos que 4000 productos químicos. Además, al menos 250 de ellos son nocivos, y más de 50 provocan cáncer.

2. La nicotina es de seis a ocho veces más adictiva que el alcohol, y genera mayor dependencia que la cocaína.

3. El tabaco mata en el mundo a más de ocho millones de personas cada año. Más de siete millones de esas muertes están relacionadas con el consumo directo de tabaco, y aproximadamente 1,2 millones se deben al humo al que están expuestos los no fumadores (datos proporcionados por la Organización Mundial de la Salud).

4. En relación con el punto anterior, este hábito también es un factor de riesgo importante de enfermedades no transmisibles, como los trastornos cardiovasculares y respiratorios, el cáncer y la diabetes. Esto se traduce en mayores posibilidades de desarrollar síntomas graves y fallecer a causa de la covid-19.

5. Tras veinte minutos sin fumar, la frecuencia cardíaca y la tensión arterial se reducen. Una vez transcurridas doce horas, la concentración de monóxido de carbono baja a valores normales. Después de un periodo de entre dos y doce semanas sin tabaco, se produce una mejora significativa en la circulación y la función pulmonar. Y a partir del primer y tercer mes, empezarás a notar como se disipan la tos, la fatiga, la congestión nasal y las infecciones respiratorias.