En los créditos del documental Mr. Hand Solo se puede leer la siguiente frase: “Si la vida te quita algo, mira bien a tu alrededor. La pieza que te recompondrá seguramente está a tu alcance”. Este filme, premiado en el festival Boston Science Film 2020, cuenta la historia de David Aguilar, un joven andorrano que nació con síndrome de Poland, lo que impidió el crecimiento de su brazo derecho. La narración comienza cuando con 9 años David se construyó una prótesis con piezas de Lego preparadas para ser parte de un barco. A partir de ahí ha sido una continua evolución e investigación que le ha llevado a estudiar Bioingeniería en la Universitat Internacional de Catalunya, construir cinco versiones de su brazo mecánico, viajar por el mundo dando conferencias motivacionales, acudir a la NASA para explicar sus proyectos y, una de las cosas más gratificantes: construir, también con los bloques de Lego, dos brazos protésicos perfectamente funcionales para el niño kazajo de 8 años Beknur Zhanibekuli.

La historia de David Aguilar es una historia de superación, de enfrentarse a la vida y superar su retos. Los propios obstáculos a los que se ha enfrentado, la ausencia de un brazo, el rechazo y el acoso sufrido por ello en el colegio, el mal de amor por su minusvalía durante la adolescencia han impulsado su voluntad de seguir adelante, de aprender, de investigar y que, a la postre, lo han convertido en un ejemplo para todos. Apoyado por su familia, que le animó a enseñar al mundo su trabajo, no ha tenido problema en desarrollar su talento. Su padre, Ferran, ha sido quien a través de las redes sociales iba dando a conocer la evolución de los proyectos de su hijo. Él le animó a llevar al colegio su primera prótesis. La admiración y el asombro que causó con ella sirvió tanto para aumentar su autoestima como para hacer frente al bullying sufrido.

El despegue

A los 17 años consiguió construir su primera prótesis funcional a partir de un helicóptero de Lego Technic que construyó con 11 años. Necesitó siete días de trabajo para diseñarlo y convertirlo en realidad. Con ella podía hacer hasta flexiones, además levantar pesos. Pronto esta prótesis, la tercera, daría la vuelta al mundo. Antes, a los 11 años había proyectado la segunda, a la que bautizó como MK en honor al superhéroe Ironman y su armadura roja y dorada, y que se convertiría en la base de todas las posteriores, a las que ha ido añadiendo mejoras. La última hasta ahora, la MK5, cuenta con dedos azules que se mueven gracias a un juego de poleas mecánicas.

En su currículum cuenta con un récord Guinness en 2017 por construir el primer brazo protésico de Lego. Pero además participó en 2019 en la convención anual de la NASA Johnson Space Center de Houston, recibió la medalla de plata de la Liga Universal del Bien Público por sus servicios a la Humanidad. La propia compañía Lego le invitó a sus instalaciones para participar en el desarrollo de las piezas robóticas Spike Prime. Con ellas construyó cinco prótesis que la compañía danesa conserva. También ha sido invitado por el Center National de la Reserche Scientifique de Burdeos para realizar dos estancias y proyectar las prótesis del futuro.

Además de la película documental Mr. Hand Solo, dirigida por Hèctor Romance, narra ahora su historia en el libro Pieza a pieza, publicado por la editorial Nube de Tinta y escrito al alimón por padre e hijo. Es una historia, un anecdotario de la vida de la familia formada por David, de sus padres Ferran y Nathalie, y de su hermana Naia a lo largo de estos años en los que todos se han empeñado en que la lucha de David sea un ejemplo inspirador para todos. Además, todo su recorrido lo cuenta también el propio Aguilar en su cuenta de Instagram HandSollo99.

Ayudando a otros

Es en esta cuenta donde se narra una de sus historias más emotivas y que resumen a la perfección su objetivo vital. El niño de 8 años Beknur Zhanibekuli y su madre encontraron su historia en Instagram y contactaron con él desde Estrasburgo, donde vive esta familia kazaja. Como cuenta el propio Beknur en su cuenta de Instagram: "Hola, me llamo Beknur. Tengo 8 años y soy de Kazajistán. Ahora vivo en Francia. Soy diferente, nací así. No tengo prótesis porque mis manos son muy pequeñas. Pero mi mamá y yo estábamos viendo en YouTube vídeos y encontramos uno de David Aguilar. Estudia para ingeniero y construyó una prótesis para su brazo, lo que es muy guay. Cuando lo vi, decidí que a lo mejor me podría ayudar. Le escribimos y nos dijo que por supuesto nos ayudaría. ¡Y ahora estoy esperando mis prótesis! ¡Estoy muy contento y emocionado! Gracias David Aguilar. Espero que haya muchos más niños a los que puedas ayudar e inspirar", explicaba el chico en un vídeo tras recibir la respuesta de David.

David tardó 15 minutos en diseñar las dos prótesis que han transformado la vida del niño, que ya las usa en su vida cotidiana sin ninguna dificultad. Una de ellas cuenta con una modificación para poder manejar pantallas táctiles. El costo ha sido de 15 euros.