Majestuoso e imponente se erige el Santuario de Loiola en el corazón de Euskadi, concretamente en el municipio de Azpeitia. Se trata de un complejo religioso de gran relevancia histórica y espiritual que ofrece visitas guiadas en numerosos idiomas como euskera, castellano, inglés y francés, e incluso en portugués, italiano y alemán.

Una oportunidad única para explorar un lugar completamente emblemático que aglutina una cantidad ingente de historia, arquitectura y espiritualidad que trasciende los siglos. 

Fue hace unas semanas cuando pudimos disfrutar de la festividad de San Ignacio, por lo que cabe destacar la Casa Natal de San Ignacio de Loiola como punto de interés del recorrido. Y es que esta casa o torre de estilo medieval es el lugar de nacimiento de Iñigo López de Loiola, que tras ser herido durante la defensa de Pamplona en 1521, sufrió una profunda conversión espiritual.

Turistas en la basilica de San Ignacio de Loiola Azpeitia Arnaitz Rubio

Con un interior cuidadosamente preservado, con habitaciones que muestran el mobiliario de la época y los objetos personales del santo, es posible palpar una atmósfera densa de historia que nos transporta al siglo XVI. A día de hoy, se conserva la alcoba en la que tomó su trascendental decisión, que se encuentra convertida en Capilla de la Conversión. 

Durante el recorrido, es imprescindible realizar una parada en la Basílica de Loiola, el corazón del santuario. Considerada una joya del barroco, con una cúpula que alcanza los 65 metros de altura, fue diseñada por el arquitecto italiano Carlo Fontana, discípulo de Bernini, lo que explica la magnificencia de su estructura.

Con un interior decorado con mármoles de diversos colores, frescos y esculturas que relatan la vida de San Ignacio, en su altar es posible vislumbrar la estatua del santo que preside el espacio. 

La basílica de San Ignacio de Loiola por dentro Arnaitz Rubio

Continuar la visita por los jardines que rodean el santuario es una de las mejores opciones, pues destacan por ser un remanso de paz y belleza natural.

Estos jardines no solo ofrecen un espectacular paseo por la naturaleza, sino que también forman parte del Camino Ignaciano, una ruta de peregrinación que sigue los pasos del santo desde su hogar en Loiola hasta Manresa, en Catalunya.

Y es que son muchos los peregrinos modernos que recorren esta ruta en busca de una experiencia incorpórea y personal similar a la que vivió el santo. Tampoco podemos perdernos el Centro de Espiritualidad de Loiola, un lugar de retiro y formación que atrae a personas de todo el mundo.

En él, los visitantes pueden participar en ejercicios espirituales ignacianos, diseñados por el propio San Ignacio para ayudar a las personas en su búsqueda hacia Dios. 

Varios turistas sacando fotos Arnaitz Rubio

Con un ambiente de profunda calma y reflexión, el centro proporciona el escenario ideal para la introspección y el crecimiento espiritual.

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Ponemos el broche final con su biblioteca situada en el ala norte, que alberga fondos antiguos y modernos de gran interés que suman 150.000 volúmenes publicados desde el siglo XVI. Sin duda, se trata de una experiencia única e inigualable que va mucho más allá del simple turismo.

Albergue


Desde 1990, el Santuario de Loiola ofrece en el Albergue Juvenil un alojamiento “económico y de buena calidad” para grupos que organizan alguna actividad educativa, pastoral o de ocio.

Se encuentra en un enclave natural de gran belleza y tiene capacidad para 130 personas, repartidas en 7 habitaciones con literas y baños completos. Además, presenta un dormitorio con baño adaptado para personas con movilidad reducida. Todas las indicaciones para hacer la reserva se encuentran en su web (https://loyola.global/es/santuario).