Los colegios electorales abrieron este domingo en la región alemana de Brandeburgo, que rodea Berlín, donde se celebran unos reñidos comicios regionales en que la ultraderecha podría arrebatarle el primer puesto a los socialdemócratas del canciller Olaf Scholz.

Un total de 2,1 millones de ciudadanos -100.000 de ellos por primera vez- están llamados a las urnas, que permanecerán abiertas de las 08:00 a las 18:00 horas (entre las 06:00 y las 16:00 horas GMT).

Al cierre se harán públicas las encuestas a pie de urna, aunque habrá que esperar hasta bien entrada la noche o incluso hasta la mañana del lunes para conocer resultados preliminares del recuento, que se espera particularmente ajustado.

La comisión electoral ha informado de que la participación por correo será probablemente más alta que en ocasiones anteriores, ya la han solicitado 356.000 votantes, frente a los 200.000 de los comicios de 2019.

Brandeburgo era hasta ahora un feudo del Partido Socialdemócrata de Alemania (SPD), en el gobierno regional desde la reunificación alemana en 1990, primero en solitario y después como parte de diversas coaliciones, encabezadas en la última década por el popular Dietmar Woidke.

Sin embargo, el avance arrollador de la ultraderechista Alternativa por Alemania (AfD), que el pasado 1 de septiembre ganó en Turingia sus primeras elecciones regionales y quedó segunda en Sajonia, se refleja también en los sondeos del último 'Land' oriental en votar este año.

Así, según la encuesta más reciente, publicada el jueves por la cadena pública ZDF, la AfD podría quedar en primer lugar con el 28 % de los votos, con el SPD a solo un punto de distancia.

Los democristianos quedarían en tercer lugar con el 14 %, seguidos de la Alianza Sahra Wagenknecht (BSW), una escisión de La Izquierda de corte populista, con el 13 %.

En las últimas elecciones, en 2019, el SPD había logrado vencer a la AfD por un estrecho margen de 26,2 sobre 23,5 puntos, mientras que los democristianos y los verdes se quedaron el tercer y cuarto puesto con el 15,6 y el 10,8 % de los votos, respectivamente.

Con el cordón sanitario por el momento en pie, la AfD no tiene posibilidades reales de gobernar, pero su victoria dificultaría la formación de un Ejecutivo de coalición, y, sobre todo, asestaría otro golpe al ya maltrecho ejecutivo de Scholz, cuya menguante popularidad ha influido en la campaña brandeburguesa.

Ésta se ha desarrollado en clave nacional, dominada por temas como el binomio seguridad y migración y el apoyo alemán a Ucrania frente a la invasión rusa, que según los expertos benefician respectivamente a la AfD y la BSW.

También han desempeñado un papel temas económicos como la decarbonización, pero, al contrario que en otras regiones de la antigua Alemania oriental como Turingia y Sajonia, donde según datos oficiales el PIB real se contrajo el año pasado, la economía brandeburguesa va viento en popa y creció en 2023 por encima de la media, un 2,1 %.