El Festival de San Patricio, patrón de Irlanda, regresa a los pueblos y ciudades de la isla Esmeralda por primera vez desde el comienzo de la pandemia en marzo de 2020, con el foco de atención puesto sobre el icónico desfile de Dublín, uno de los mayores espectáculos callejeros del mundo, desde donde también se manda un guiño de solidaridad con Ucrania.

Y como es tradición en "Paddy's Day", encabezará la marcha una personalidad. El "invitado de honor" es este año el actor estadounidense de origen irlandés John C. Reilly, quien ha prometido "mucho craic", que en gaélico significa "diversión", "fiesta", "farra".

La estrella de Hollywood, en un encuentro con los medios en Dublín, aseguró que será "todo un honor" para él "saludar y sonreír" al medio millón de personas que se dará cita en las calles de la capital para seguir el desfile. "La parte más fácil de todo esto", bromeó.

Como novedad, las celebraciones de San Patricio (17 de marzo) se extenderán durante todo el fin de semana por todo el país, pues el Gobierno ha añadido un día festivo más al calendario anual, el viernes, como "premio" a los esfuerzos realizados por la ciudadanía durante la pandemia.

SAN PATRICIO, UN PREMIO TRAS DOS AÑOS DE PANDEMIA

La programación en Dublín incluye actuaciones, teatro, proyecciones de cine, espectáculos de circo, cabaré, comedia y lo mejor de un variado repertorio musical para los conciertos de las noches, que tienen lugar en el llamado "Festival Quarter Nights".

También la gastronomía y la artesanía nacional tendrán un hueco en el "Irish Food y Design Village", donde los visitantes pueden disfrutar asimismo de la danza con sesiones de bailes tradicional al aire libre.

"En Irlanda pasan cosas buenas, una tras otra, si estás abierto a ello. Es un lugar especial por ese motivo. La gente tiene una cualidad lírica, tiene sentido del humor. Creo que por eso es tan popular para los turistas, porque cuando vienes aquí ves que la gente es muy acogedora, hay buen 'craic' como dicen", celebró Reilly.

"Craic" en los pubs, en los restaurantes, en las calles ya engalanadas con el verde esmeralda, un color que este año comparte protagonismo con el amarillo y azul de Ucrania, en señal de solidaridad con un pueblo invadido, algo de lo que los irlandeses saben algo.

"Obviamente, son momentos difíciles para el mundo por muchos motivos y para mucha gente, pero eso no debe ser un freno para expresar la alegría. Creo, de hecho, que la alegría es una buena manera de luchar contra la oscuridad en todas sus formas", declaró Reilly.

IRLANDA VUELVE A ABRIRSE AL MUNDO

Por eso, "aunque pueda parecer una bobada", reiteró que su presencia en el desfile tiene "un significado muy profundo" para él "como americano-irlandés": "Irlanda vuelve a estar abierta y sé que mi padre estará mirándome desde algún sitio con orgullo".

Su padre, de raíces celtas, fue quien le inculcó el amor por la isla durante su infancia en Chicago, patria chica de miles de emigrantes irlandeses, para los que el día de San Patricio "siempre ha sido uno de los más importantes de todo el año".

"Era siempre una oportunidad para escuchar las gaitas. Se te hinchaba el corazón de orgullo y, normalmente, era un día precioso de primavera, parecía como el comienzo de algo especial. Estoy deseando ver todo eso en la madre patria", destacó el actor.

Desde sus inicios en el siglo XVII, esta festividad, extendida ya por todo el mundo, congrega a miles de personas cada año para rendir homenaje a San Patricio, el obispo que trajo el cristianismo a Irlanda.

Los organizadores esperan que esta edición pospandémica sea la más ambiciosa hasta la fecha. Bajo el tema "Conexiones", el programa del festival celebra la posibilidad de volver a reunirse en persona y brindar juntos por primera vez en tres años con un sonoro "sláinte!" ("¡salud!").