- Toda Europa estaba ayer conmocionada por las graves inundaciones sufridas el pasado jueves en cuatro países: Alemania, Bélgica, Países Bajos y Luxemburgo. Un “desastre histórico” que se cebó sobre todo con alemanes y belgas. A expensas de balances más exactos que se podrán realizar a medida que pasen los días, la inundaciones han dejado más de 120 muertos y centenares de desaparecidos, aunque las autoridades se aferraban a la esperanza de que todas estas personas en paradero desconocido no pasen a engrosar la terrible lista de fallecidos.
El país más afectado fue Alemania, cuyas autoridades confirmaron 106 víctimas mortales, una cifra que, no obstante, dan por sentado que aumentará, puesto que cientos de personas seguían ayer desaparecidas. “Cuando se retiren las aguas se visibilizará la dimensión de la tragedia”, advirtió en un mensaje institucional el presidente del país, Frank-Walter Steinmeier. Es hora de responder desde la “unidad nacional”, añadió, y no de “decepcionar” las expectativas de quienes lo han perdido todo.
La catástrofe que se abalanzó sobre amplias zonas de los Länder de Renania del Norte-Westfalia y Renania Palatinado evidencian la necesidad de “luchar con determinación” contra la crisis climática, advirtió Steinmeier.
El mensaje del presidente coincide con los pronunciamientos mayoritarios procedentes del espectro político alemán, sea el bloque conservador de Merkel, sus socios socialdemócratas y, obviamente, los Verdes. Son inundaciones “de magnitud histórica”, en palabras del primer ministro de Renania del Norte-Westfalia, Armin Laschet, aspirante conservador a suceder a Merkel en la cancillería tras las elecciones generales del próximo septiembre. Su Land, el más poblado del país, está acostumbrado a las crecidas del Rin, del Ruhr y de otros grandes ríos. Pero no para afrontar el desbordamiento general de sus múltiples afluentes, advirtió. “Debemos hacer a Renania del Norte-Westfalia más preparada para responder a la crisis climática”, insistió Laschet, al que los sondeos sitúan en primer lugar en intención de voto ante los comicios nacionales, seguido de los Verdes.
Solo en Renania del Norte-Westfalia, con unos 18 millones habitantes, quedaron anegados un total de 25 municipios o distritos. Los múltiples afluentes de los grandes ríos fueron incapaces de absorber los caudales de agua recibidos por las fuertes lluvias de estos últimos días; en varios puntos del Land la situación era dramática, con diques a punto de resquebrajarse y enormes corrimientos de terreno. Las devastadoras inundaciones provocaron cortes de carreteras y vías férreas. El tráfico ferroviario en Renania del Norte-Westfalia (NRW) y Renania-Palatinado estaba gravemente afectado y muchos trayectos se interrumpieron completa o parcialmente.
Así, durante el día de ayer se fueron conociendo detalles de la medida de la catástrofe, como el derrumbe de varias casas en Erftstadt-Blessem, cerca de Colonia, que causó varios muertos, o el fallecimiento de doce personas con discapacidad que no pudieron ser rescatadas de la residencia en la que vivían.
Los medios locales mostraban imágenes impactantes del estado en el que han quedado numerosas localidades de las zonas afectadas: casas arrancadas de sus cimientos, puentes rotos, vehículos amontonados en las calles repletas de escombros, barro y grandes corrimientos de tierra causados por la violencia de las aguas.
Bélgica fue el segundo país más afectado con 20 personas fallecidas y otras tantas desaparecidas, así como miles de afectados y enormes daños materiales en el sur del país que aún deben ser cuantificados, según el último balance oficial ofrecido por el Gobierno belga.
El primer ministro belga, Alexander de Croo, aseguró que las inundaciones “pueden ser las más catastróficas que haya visto” Bélgica y decretó un día de duelo nacional para el próximo martes. Por su parte, la ministra del Interior, Annelies Verlinden, informó de que nueve de los fallecidos aún no han podido ser identificados y que “sigue sin descanso la búsqueda” de los desaparecidos y advirtió de que las cifras podrían evolucionar en los próximos días.
Aunque los caudales aminoraron a lo largo de la jornada de ayer, el Ejecutivo belga advirtió de que la situación seguía “siendo crítica”. Además, las inundaciones dejaron totalmente sin electricidad a más de 41.000 hogares.
Por lo que respecta a los Países Bajos, más de 10.000 personas tuvieron que ser evacuadas ayer en la ciudad de Venlo y sus alrededores, en la provincia de Limburgo, como medida de precaución debido a los altos niveles de agua alcanzados por el río Mosa tras las fuertes lluvias de los últimos días.
Un hospital de Venlo también debió ser evacuado, incluidos los 200 pacientes que estaban en urgencias, de los cuales 40 se encontraban en un estado de salud sensible. Todos los enfermos fueron repartidos por otros hospitales de la región.
Desde la dirección del hospital, IJsbrand Schouten, subrayó que la posibilidad del hundimiento del centro hospitalario era “relativamente baja”, pero señaló que “ese es un riesgo que no podemos correr”
Por otro lado, el dique de Meerssen, ciudad cercana a la frontera neerlandesa con Bélgica, fue reforzado por el Ejército con sacos de arena, después de romperse parte de la estructura, pero el agua seguía entrando por la ruptura, lo que amenazaba los pueblos cercanos.
Los cuerpos de bomberos de trece regiones de seguridad se trasladaron a Limburgo a ayudar a sus colegas, y suministraron bombas de agua y máquinas para llenar sacos de arena, mientras que las diferentes juntas de agua enviaban inspectores a los diques de la provincia.
En un mensaje de alerta en Twitter, el comité de seguridad de Limburgo advirtió también que el nivel alto de agua en el Mosa, a su paso por Roermond y Venlon, en el norte de la provincia.
Por su parte, Luxemburgo fue la menos afectada, pero ayer continuaba en “peligro extremo” sobre todo por el posible desbordamiento del río Mosela, cuyo caudal seguirá creciendo hasta el domingo, mientras que para el resto de cauces fluviales se esperaba que el nivel del agua siga bajando conforme se estabiliza el tiempo a lo largo del fin de semana.
Condolencias del lehendakari. Iñigo Urkullu trasladó ayer al embajador alemán sus condolencias y la solidaridad del pueblo vasco por las inundaciones en el oeste de Alemania.
En su cuenta personal de Twitter, el lehendakari lamentó la pérdida de vidas humanas provocada por el “devastador temporal e inundaciones”. “He trasladado al embajador de Alemania mis condolencias por la pérdida de vidas humanas provocada por el devastador temporal e inundaciones que están asolado a su país”, indicado. Asimismo, le mostró la “cercanía, afecto y solidaridad del pueblo vasco en estos momentos de desolación y dolor”.