- Un devastador temporal, el más grave en Alemania en lo que va de siglo, azotó ayer el oeste del país y dejó al menos 50 muertos en apenas 24 horas, mientras los equipos de salvamento buscan a decenas de desaparecidos. Las imágenes de ciudadanos subidos al tejado de sus casas, a la espera del rescate, o el hallazgo de más y más fallecidos atrapados en sótanos o al tratar de ponerse a salvo sacudieron al país.
Las regiones más afectadas están entre las más densamente pobladas del país -el Land de Renania del Norte-Westfalia, con 18 millones de habitantes, y el vecino de Renania Palatinado- . Parte de su territorio fue en el pasado zona minera, por lo que su subsuelo sigue cruzado por pozos abandonados y propensos a inundarse. En ambos estados federados están acostumbrados a hacer frente a esas situaciones. Pero la rapidez con que ahora quedaron anegadas carreteras, extrarradios y cascos urbanos, así como el caudal adquirido por sus ríos ha desbordado las previsiones. El tráfico rodado quedó cortado, lo mismo que las conexiones ferroviarias, tanto en esas región como desde éstas hacia Berlín y el sur del país.
La canciller alemana, Angela Merkel, garantizó "todo el apoyo" a los afectados. En una declaración desde Washington, donde llegó en el que previsiblemente será su último viaje como canciller a su aliado transatlántico, Merkel afirmó que había abordado la cuestión tanto con el ministro de Finanzas, Olaf Scholz, como con el de Interior, Horst Seehofer. "Hemos hablado de ayudas a la reconstrucción a largo plazo, aunque lógicamente el objetivo prioritario ahora es prestar ayuda inmediata en las regiones afectadas", aseguró Merkel, que calificó de "catástrofe", "imposible de describir con palabras" la situación que se vive en esas regiones.
Tanto Greenpeace como la activista medioambiental sueca Greta Thumberg alertaron de que las devastadoras inundaciones son consecuencia de la crisis climática y advirtieron de que éstas son solo el principio de una serie de fenómenos similares.
Por otro lado, las intensas lluvias en los países del Benelux dejaron al menos seis muertos en Bélgica, con la región de Valonia como la más afectada, especialmente Lieja, donde las autoridades hicieron un llamamiento a que quien pueda desaloje la ciudad.
En la localidad de Verviers, una de las más afectadas por la lluvia y las crecidas de los ríos, se encontraron cuatro cuerpos sin vida, que se suman a otros dos confirmados anteriormente en las localidades de Eupen y Aywaille, todas ellas en las proximidades de Lieja. La alcaldesa en funciones de esa ciudad, Christine Defraigne, pidió a sus habitantes que desalojaran el municipio, el quinto de Bélgica, con una población de casi 200.000 personas. "El nivel del agua seguirá subiendo hasta alrededor de un metro cincuenta. Por lo tanto, pedimos a los residentes que puedan que abandonen la ciudad, en particular a los que viven a orillas del Mosa", pidió la alcaldesa.
Defraigne, además, recomendó a quienes no pudieran salir de Lieja que se refugiaran en los pisos superiores de los edificios con "agua y víveres" para resistir la subida de las aguas, que amenazaban con colapsar algunas infraestructuras de la ciudad. "Esta situación es una calamidad nacional", declaró a la emisora local el jefe del Gobierno de la región de Valonia, Elio di Rupo, sobre las lluvias torrenciales, que provocaron graves perturbaciones en algunas provincias, incluido el cierre de carreteras, la interrupción del transporte ferroviario y el descarrilamiento de un tren.
La zona más afectada era la región sur de Valonia, y en particular las provincias de Lieja (este) y Luxemburgo (sur). Además, el Instituto Real de Meteorología de Bélgica puso en código rojo a Lieja, ciudad fuertemente perturbada por la crecida del río Mosa. La Agencia Federal de Control Nuclear de Bélgica anunció el cierre del reactor Doel 2, por una posible fuga.
Asimismo, mientras Países Bajos desplegaba a los militares en una zona fronteriza, en Luxemburgo las precipitaciones provocaron graves perturbaciones hasta el punto de tener que evacuar el municipio de Echternach. El Ministerio de Interior de Luxemburgo en un comunicado recomendó a la población que se mantenga "vigilante" y que evite exponerse a peligros.
Y no solo fue Centroeuropa puesto que las fuertes lluvias y riadas que azotaron ayer la zona de Rize, en la costa turca del Mar Negro, ocasionaron seis muertos. El ministro turco de Salud, Fahrettin Koca, citado por la web del diario Hürriyet, aseguró también que trece personas resultaron heridas.
Un centenar de caminos rurales de la zona se vieron afectados por precipitaciones de grandes masas de agua que causaron desprendimientos.