- La Unión Europea (UE) reducirá sus emisiones netas de CO2 "al menos" un 55% en 2030, frente al objetivo del 40% actual, y se compromete legalmente a alcanzar la neutralidad climática en 2050, es decir, a no liberar más gases de efecto invernadero de los que puede absorber. Así quedó plasmado ayer en un acuerdo forjado entre los negociadores del Parlamento Europeo, la Comisión y el Consejo (que representa a los países de la UE) tras la sexta negociación tripartita y suscrito bien entrada la madrugada en Bruselas.
Se trata de un objetivo cargado de simbolismo. El bloque comunitario podrá presentarse con un mensaje de liderazgo medioambiental en la cumbre virtual sobre clima que organiza hoy y mañana el presidente estadounidense Joe Biden, quien ha devuelto a EE.UU. al Acuerdo de París del que renegaba Donald Trump.
Otras potencias, como el Reino Unido o China, han aprobado o están en vías de asumir objetivos climáticos más ambiciosos en una carrera global que implica el desarrollo de nuevas tecnologías para acometer una profunda transformación económica a largo plazo, empezando por sectores como la energía o el transporte.
"Nuestro compromiso político de ser el primer continente climáticamente neutral para 2050 es ahora un compromiso legal. La Ley de Clima pone a la UE en una senda verde para una generación", publicó en un mensaje en Twitter la presidenta de la Comisión Europea, la conservadora Ursula von der Leyen.
"Una señal contundente al mundo, justo antes de la Cumbre Climática" virtual de Biden, resumió el ministro portugués de Medio Ambiente y Acción Climática, João Pedro Matos Fernandes, cuyo país ostenta la presidencia semestral de la UE.
El texto, pendiente aún de aprobación formal, no fija objetivos vinculantes por país, sino que la UE asume esa reducción de al menos el 55% de manera colectiva, un peaje para lograr el visto bueno de países carboneros del este como Polonia, Hungría o Eslovaquia. La consecución de ese compromiso legal, que sirve de cimientos al Pacto Verde Europeo, deberá ahora articularse a través de unas 50 revisiones legislativas que abarcan desde el mercado de emisiones de CO2 al impulso de los vehículos eléctricos, la fiscalidad verde o el desarrollo de tecnologías como hidrógeno limpio y nuevos materiales más sostenibles. Parte de esos dosieres, así como las eventuales consecuencias en caso de incumplimiento de los objetivos, verán la luz el próximo mes de junio.
El compromiso se sitúa en el rango de lo esperado, ya que la Comisión y Consejo pedían un 55% de reducción frente a los niveles de 1990 y la Eurocámara un 60%. Establece que la reducción sea "neta", por lo que habrá que descontar los gases que puedan absorber los llamados "sumideros de carbono" como los bosques, pero fija "un límite de 225 millones de toneladas equivalentes de CO2 a la contribución de las absorciones al objetivo neto".
65%
Este compromiso de la UE no es suficiente para las organizaciones ecologistas, como WWF, que abogaba por un mínimo del 65% en 2030 y criticó que se base "en la política y no en la ciencia", o Greenpeace, que lamentó que la UE haya fijado con urgencia un objetivo insuficiente.
2040
El texto, que introduce la obligación de marcar un objetivo intermedio en 2040, prevé también crear un Consejo Asesor Científico Europeo sobre Cambio Climático compuesto por 15 expertos científicos, que se encargará de comprobar que hay coherencia entre los objetivos climáticos y las políticas desplegadas para conseguirlos.