Bruselas - Croacia, el país más joven de la Unión Europea, ya que fue el último miembro en unirse al grupo comunitario en julio de 2013, protagoniza desde el uno de enero su primera presidencia rotatoria del Consejo, labor que desempeñará durante los próximos seis meses.
El presupuesto comunitario, el brexit o el futuro de la UE serán algunos de sus retos, mientras que en su programa para liderar la agenda comunitaria puntos son una Europa que progresa, conecta, protege y tiene influencia.
Bajo el lema Una Europa fuerte en un mundo lleno de desafíos, Croacia recoge el testigo de Finlandia, país que ha vivido medio año de infarto. La Presidencia saliente vivió el hito de Hungría reventando una reunión del Consejo de la Unión Europea y filtrando información confidencial en directo. Una práctica sin precedentes.
Helsinki ha lidiado también con el arranque de la nueva legislatura y ha visto nacer la enésima prórroga del complicado e incierto brexit. Pero a efectos prácticos, no deja grandes logros en su legado.
El mayor eje de discordia lo deja, sin embargo, su propuesta sobre el próximo Marco Financiero Plurianual (MFP), considerada como inaceptable para muchos países -entre ellos España- por los recortes que plantea.
Esta lucha, la de las cuentas, será uno de los platos fuertes de los próximos meses. Pero no será Zagreb, sino Charles Michel, quien dirija las negociaciones. En su programa aboga por un presupuesto "ambicioso, equilibrado y sostenible".
La recién estrenada presidencia croata recoge también su deseo de "construir cooperación y entendimiento entre los Estados miembros en un espíritu de consenso y respeto mutuo".
Este consenso será clave en la cumbre de mayo, donde los Veintisiete esperan acordar su posición sobre la ampliación de los Balcanes Occidentales tras el veto de Francia en la cumbre del pasado octubre.
Francia busca modificar el proceso de ampliación, una propuesta que ya está encontrando espacio y apoyo en otras capitales europeas. En cualquier caso, la UE tiene una deuda pendiente con Albania y Macedonia del Norte, y la cumbre informal de Zagreb será una cita clave para ello.
Cambios en el camino La Presidencia croata echa a rodar en un momento de cambio para todo el bloque comunitario. Con el nuevo ciclo institucional dando sus primeros coletazos, será testigo directo de la salida del Reino Unido, que tras la apabullante victoria del primer ministro conservador, Boris Johnson, se espera para el próximo 31 de enero. Verá también cómo toma forma el Green Deal, el pacto verde para Europa, en un momento en el que la emergencia climática se ha colocado en el centro de la agenda comunitaria.
Con una economía que se desacelera, una política migratoria estancada y un incremento de los populismos, "solo Europa puede dar respuesta". "Nuestra unidad es nuestra mayor fuerza", reza su programa, resaltando la unidad como ya hicieron sus predecesoras. Para ello acogerá también la Conferencia sobre el Futuro de Europa, una propuesta de Emmanuel Macron que busca redefinir el presente y futuro del bloque comunitario en un mundo cada vez más volátil.
Relevo a Finlandia. Zagreb da el relevo a un Helsinki que ha vivido medio año de infarto. La presidencia saliente ha lidiado con el arranque de la nueva legislatura y ha visto nacer la enésima prórroga del brexit. Pero a efectos prácticos, no deja grandes logros en su legado.
Principales retos. El presupuesto comunitario, el incierto brexit o el futuro de la UE serán algunos de sus retos de esta presidencia rotatoria que arranca bajo el lema Una Europa fuerte en un mundo lleno de desafíos.