Londres - El candidato más moderado respecto al Brexit que optaba a suceder a Theresa May como líder conservador británico, el ministro de Desarrollo Internacional, Rory Stewart, quedó ayer miércoles eliminado de las primarias de la formación, mientras que el exministro Boris Johnson consolidó su ventaja. Johnson, partidario de abandonar la Unión Europea el próximo 31 de octubre con o sin acuerdo, sumó 143 votos en la tercera ronda del proceso para encabezar el Partido Conservador y el Gobierno del Reino Unido, seguido, de lejos, por el ministro de Exteriores, Jeremy Hunt, con 54 apoyos.
Stewart quedó el último de los cinco conservadores que concurrían a esta ronda, con 27 votos, y no participará hoy jueves en las últimas dos votaciones programadas, en las que los diputados tories seleccionarán a los dos finalistas que se someterán entonces a una elección entre las bases del partido. A finales de julio se conocerá al ganador de ese proceso, quien reemplazará a May como líder de la formación y como primer ministro del Reino Unido.
Stewart era el único candidato que había advertido en los últimos días de que un Brexit sin acuerdo sería “catastrófico” para el país y ha sostenido que la UE no hará concesiones más allá del acuerdo que ya selló May el pasado noviembre.
Además de Johnson y Hunt, estarán hoy en las papeletas de los parlamentarios conservadores el titular de Medioambiente, Michael Gove, quien ayer obtuvo 51 votos, y el de Interior, Sajid Javid, que recabó el respaldo de 38 compañeros de bancada. Los cuatro candidatos contemplan la posibilidad de romper los lazos con el bloque comunitario sin un acuerdo.
Mirando al 31 de octubre Johnson y Javid creen que la ruptura se debe producir en cualquier caso el 31 de octubre, el plazo que ha marcado Bruselas para ratificar un pacto, mientras que Gove y Hunt dejan la puerta abierta a pedir una nueva extensión para continuar dialogando si para entonces no se ha ratificado un pacto. Todos ellos quieren reabrir las negociaciones con la Unión Europea y cambiar, o eliminar, el mecanismo de salvaguarda para evitar una frontera en Irlanda del Norte tras el Brexit.
Los conservadores euroescépticos temen que esa polémica cláusula deje al Reino Unido integrado en el mercado único hasta que se forje un nuevo acuerdo de libre comercio entre Londres y Bruselas, una negociación que puede durar varios años. Durante ese tiempo, el Reino Unido vería limitada su capacidad para establecer una política comercial independiente de la Unión Europea con terceros países.
Johnson, el principal favorito para ser el próximo primer ministro británico, ha avanzado que prevé pedir a Bruselas aplazar el diálogo sobre el estatus de la frontera norirlandesa hasta después del Brexit, a pesar de que el bloque comunitario ha sostenido que la cláusula de salvaguarda es un aspecto innegociable del acuerdo de salida.
En un debate televisivo esta semana, el exalcalde de Londres dijo que, si él llega a ser jefe de Gobierno, la UE encontrará nuevos “incentivos” para permitir al Reino Unido materializar un Brexit suave, con un periodo de transición, aunque no haya acuerdo sobre Irlanda del Norte. En los últimos días, Johnson ha sugerido que retendrá el pago de la factura de salida de la Unión Europea, que asciende a unos 39.000 millones de libras (44.000 millones de euros), si Bruselas no se aviene a otorgar nuevas concesiones al Reino Unido.