El programa ‘First Dates’ de Cuatro dio mucho de qué hablar anoche. Amaia y José Ángel fueron dos de los protagonistas que acudieron al restaurante en busca del amor. Durante la noche, lo más surrealista de todo fueron los problemas del gallego para pronunciar el nombre de la bilbaína, y eso que tuvo que recordárselo en muchas ocasiones.
A pesar de que desde el principio ambos mostraron una buena química y entendimiento, a lo largo de la cena hubo un detalle muy incómodo para los solteros. Aunque la bilbaína aclaraba a su cita cómo se pronunciaba su nombre, su pretendiente no parecía ser capaz de entenderlo.
José Ángel, ante esta situación, se vio obligado a pedirle perdón a Amaia: “He olvidado de tu nombre. Es horrible, lo sé”, admitió avergonzado, a lo que ella le quitó importancia, entre risas: “Calla, me pasa lo mismo, José Miguel…”. Su réplica fue inmediata: “No, ‘José’ a secas”.
Y es que, el de Santiago de Compostela ya había advertido en su presentación del programa de Cuatro que su fuerte no eran los nombres: “Yo normalmente soy un caos con los nombres, no sé cómo te llamas”, explicó.
Así se lo demostró una vez más a la vasca, puesto que, en cuestión de minutos, volvió olvidarse de su nombre: “Amalia”, exclamó este. Ella, sonriente, negó con la cabeza. “¿Amelia?”, preguntó de nuevo José Miguel, intentando dar en el clavo.
Entonces, la de Bilbao dejó claro de una vez por todas cómo se llamaba: “Es un nombre vasco. Tú quítale la L: Amaia. Quizás lo has entendido mal”, aseguró esta, para añadir: “Mucha gente lo dice mal. No es Amaya, es Amaia, se pronuncia la 'i' y luego la 'a'. Es… dulce”, puntualizó.
Durante la velada, Amaia se interesó en saber si su pretendiente fumaba. Al saber que sí, le dijo que había llegado a rechazar hombres por eso. Y, en el plano sexual, la bilbaína le siguió contando que le gustaba ser dominada.
La decisión final
Pese a la distancia entre ambos y el tema del tabaco, a la hora de la decisión final los dos solteros dijeron que tendrían otra cita. Aunque José Miguel no lo tenía fácil, parece ser que acabó por convencer a Amaia.
Tras saber que la vasca repetiría otro encuentro, el gallego respondió con una posible promesa: "Ya ando mirando vuelos de Santiago a Bilbao". Toda una gran noticia para el soltero, cuyos olvidos para los nombres no afectaron al veredicto final.
