Quién no ha fantaseado alguna vez con poder vivir en un hogar que cumpla con todos sus requisitos? ¿A quién no le gustaría construir su felicidad en una casa nueva sin reparar demasiado en los gastos? Drew y Jonathan Scott, hermanos gemelos de origen canadiense, llevan más de una década entrando en las casas de la gente y convirtiendo sus anhelos en realidad. 'La casa de mis sueños' ('Property Brothers', en su versión en inglés) ha llegado a emitirse en 150 países, convirtiéndose en el programa de reformas de hogar más visto del planeta.

Su primer capítulo data de 2011. Desde entonces, la serie acumula 11 temporadas y decenas de programas que se han emitido en Divinity. El año pasado, el canal de tendencias y telerrealidad de Atresmedia, estrenó 'Los gemelos: doble o nada', uno de los muchos espacios de reconstrucción y redecoración de casas que protagonizan los dos hermanos. A través de su productora, Scott Brothers Entertainment, se han especializado en programas de reformas del hogar, un género que han explotado de todas las formas y maneras posibles. 

En 'Celebrity IOU' lograron arrastrar y convencer a una larga lista de famosos para que sus casas cambiasen de aspecto y los televidentes pudiesen seguir la evolución. Actores como Brad Pitt o el músico Michael Buble se sometieron a las reformas dirigidas por los gemelos. Otras variantes que se han beneficiado del éxito de su producto estrella y que siguen estando relacionadas con el ámbito del hogar son 'Buying and Selling', 'Brother vs Brother' o 'Property Brothers: At Home'. Estos programas tienen nombres distintos y planteamientos dispares; los hermanos compiten entre sí o tratan de buscarle el mayor rendimiento económico a la venta de un inmueble. Sin embargo, en todos ellos la esencia del reality no varía demasiado. 

Se vuelcan en subrayar las emociones (sorpresas, alegrías o reveses) de sus protagonistas. Lo importante es que la tensión dramática no decaiga, que el espectáculo continúe. En 'La casa de mis sueños' se repite el mismo esquema argumental. Una pareja decide abrir una nueva etapa en su vida con la compra de una vivienda. Drew y Jonathan, en calidad de expertos del sector inmobiliario y de la construcción, les acompañan en todo el proceso; desde el momento en el que se rechaza la compra por su alto precio hasta que, animados por sus conocimientos e insistencia, el matrimonio se decanta por una opción más asequible. 

A cambio, tendrán que invertir tiempo y dinero en reformar la futura casa. Todo el mundo será testigo de un momento decisivo en sus vidas. Ahí es donde empieza la aventura y el televidente quedará atrapado. La remodelación y los cambios que sufre la casa son retransmitidos por el programa, que estará atento para captar los mejores momentos de la metamorfosis doméstica, así como de las reacciones de sus futuros moradores. En un reality no se pueden pasar por alto este tipo de detalles. A la pareja de compradores le acompaña una tercera persona -un hermano o cuñado, la mayoría de las veces- que aporta una visión externa y ejercerá de contrapunto en el capítulo. 

La reforma de las distintas estancias de la casa (habitaciones, baño, cocina) cuesta mucho dinero. El programa aporta muebles y accesorios por un valor de 20.000 euros. Los presupuestos con los que trabajan son reales y en un plazo aproximado de cuatro a seis semanas el equipo de Drew y Jonathan Scott debe haber ejecutado toda la obra. La casa soñada tiene unos plazos muy estrictos.

El bricolaje es una afición con muchos seguidores.

El bricolaje es una afición con muchos seguidores. Pexels

Los gemelos golpean dos veces 

El programa de los hermanos Scott es uno de los espacios más populares de Divinity. A su alrededor se han generado muchos rumores, medio verdades y curiosidades. ¿Es rigurosamente cierto todo lo que pasa en pantalla? ¿Hay escenas ensayadas de antemano? ¿De verdad terminan viviendo ahí? Los participantes solo ven a los famosísimos gemelos un total de ocho veces. Además, se les exige tener un holgado presupuesto de 70.000 euros como mínimo, junto con otro montante de 20.000 euros por si surge cualquier imprevisto y se debe cubrir un gasto extra. La casa está elegida previamente por la pareja; es decir, todo lo que sucede hasta llegar a ella es producto de la ficción y responde a las exigencias del guion. 

A los compradores se les pide que busquen a una tercera persona que aporte un plus de dramatismo a las escenas. El negocio inmobiliario no es nuevo para estos dos hermanos de 44 años. En la universidad se compraron su primera casa y, al parecer, pagaron por ella 200.000 dólares. La acabaron vendiendo por 250.000 dólares en una operación muy rentable. Una última curiosidad: ambos forman un dúo de música pop y country llamado The Scott Brothers. Solo tienen 1.500 oyentes mensuales en Spotify. La música no funciona con las mismas reglas que un reality show.