Desde que dio vida al funcionario de prisiones Palacios en ‘Vis a vis’, Alberto Velasco se ha convertido en un rostro muy conocido para los espectadores. Ahora trabaja en un ‘thriller’ de humor, ‘Señoras del h(AMPA).

le gusta diversificarse y disfruta dando clases o dirigiendo una obra de teatro, pero él se considera ante todo actor. Para relajarse utiliza la repostería y se mete de lleno en harina, nunca mejor dicho, para realizar todo tipo de postres. Sin embargo, por lo que le conocen los espectadores es por dos personajes muy diferentes: el de Señoras del h(AMPA) y sobre todo el de Vis a vis, que él considera “diametralmente opuestos, porque Palacios, de Vis a vis, era un ser generoso, empático, encantador y leal, mientras que Ramón es todo lo contrario, un aprovechado, un psicópata, oscuro y abusón”. Así que la primera pregunta es obligada.

¿Y usted se queda con??

A nivel de persona, con Palacios, un ser al que me gustaría parecerme, pero para un actor, un personaje como el de Ramón es un lujo.

¿Por qué todos los profesionales prefieren a personajes malvados y no están tan entusiasmados cuando les ofrecen uno que es un dechado de bondades?

A mí me gustan todo tipo de personajes, y hacer a Palacios fue un lujo, porque era un poco el contrapunto en una serie en la que había mucha maldad. Pero un personaje retorcido te da la posibilidad de interpretar a alguien diferente a ti, de vivir las situaciones de otra forma, y de dar vida a alguien que tiene muchos matices.

¿Quién es Palacios para usted?

El personaje que, haga lo que haga en otros trabajos, siempre estará en mi corazón de una manera muy especial, porque me ha conectado con muchísima gente. A día de hoy me emociona que me lleguen mensajes sobre Palacios desde todas las partes del mundo. Es el personaje televisivo que me puso en órbita.

Viendo todas las facetas suyas que se exponen en su currículo, podríamos pensar en un renacentista del mundo del espectáculo: bailarín, profesor, director, actor?

¡Madre mía! Mira, cada vez que me dice alguien lo de renacentista siento mucho pudor. Tengo miedo a que me pase eso que dice el refrán: Quien mucho abarca, poco aprieta. Siento que todas las cosas que voy haciendo se van contaminando las unas de las otras y tienen sentido una para con las otras. Mis trabajos se retroalimentan.

Pero tiene que ser muy cansado lo de abarcar tanto...

Y muy divertido. Hay facetas que me hacen crecer en distintos aspectos. Cuando dirijo me pongo en el lugar del actor, porque es un lugar que conozco y donde yo también sé lo que se sufre y se goza. Todo me ayuda, incluso la danza, una disciplina que puede ser la más lejana a todo lo que hago.

¿Cuánto tiempo lleva en el mundo artístico?

Muchos años, aunque pienso que estoy en este universo toda la vida. Desde muy pequeño sentía unas pulsiones dentro de mí que me venían desde el juego. Para mí la música, el baile, el folklore, el arte en general, eran parte de ese juego, en el que tenía mucho que ver la influencia familiar.

¿Procede de una familia de artistas?

No de forma profesional, pero mi abuelo escuchaba mucho flamenco y me acostumbró a la música. Y también era poeta. En el pueblo en el que vivía había un grupo de danzas maravilloso, y a día de hoy, cada vez que escucho una dulzaina me emociono. Pienso que todo lo que soy tiene mucho que ver con sensibilidades que uno tiene desde pequeño y que no sabe muy bien cómo se van desarrollando. Tuve suerte de tener cerca siempre los espacios necesarios para que lo que llevaba dentro creciera.

¿Y cuál es su definición profesional?

Actor. Lo que me atraviesa es la interpretación, lo que realmente me emociona profesionalmente es tener ante mí a un personaje para moldearlo, darle vida, hacer que se mueva, ejecutarlo.

¿Ha sido difícil situarse en el lugar en el que está ahora?

Mentiría si te dijera lo contrario. Ha sido un camino muy esforzado, con muchas horas de trabajo, con mucha carretera, muchos teatros, mucha carga y descarga de furgoneta... Siento como si hubiera andado muchos kilómetros para llegar al punto en el que estoy ahora, pero después de todo, también siento que estoy aún en el camino, no que haya llegado al lugar en el que me quiero establecer. Además, soy de los que piensan que hay que seguir hacia delante siempre. Me interesa buscar cosas nuevas que me hagan crecer como artista y como persona.

Uno de sus primeros trabajos en televisión fue en Amar es para siempre.

El primero de continuidad. Estuve en esa serie en la primera temporada que se hizo en Antena 3, porque antes había sido Amar en tiempos revueltos en La 1. Tenía un personaje muy bonito, se llamaba Leo y era muy complejo. Tenía diversidad funcional, era tartamudo, bonachón aunque algo violento, y protegía a las prostitutas del club de Carmen. Finalmente, se descubre que Carmen era su madre. Fue mi primera experiencia con un personaje largo en televisión.

Un medio que está cambiando mucho?

Perdona, pero es una suerte que esté cambiando tanto. Es una suerte para nosotros, para todos los que nos dedicamos al mundo del audiovisual. Hay mucho trabajo para mucha gente, y es lo que estábamos esperando para salir un poco de la situación de paro que hay en el sector. Se hacen series de mucha calidad, y no solo en cuanto a las historias que se cuentan, que son muy interesantes, sino también en la factura de la producción, en la forma de grabarlas, en los guiones? Creo que estamos en un muy buen momento. Es bueno que las plataformas se hayan asentado y que sigan proyectando esas historias que nos hacen sentirnos bien.

¿Qué nuevos proyectos tiene entre manos?

Ahora mismo estoy grabando Madres, una serie que está haciendo Telecinco. Vamos por la segunda temporada y primero se verá en Amazon. También estoy con la gira de Juana, un espectáculo con Aitana Sánchez Gijón, y como director estoy haciendo un montaje destinado al público juvenil.

¿Ha tenido, o tiene que hacer, otros trabajos para sobrevivir en el mundo de la interpretación?

¿Camarero? No. La verdad es que he tenido suerte en eso, pero aunque todo lo que he hecho ha sido relacionado con el mundo de la interpretación, la verdad es que he hecho trabajos muy curiosos.

¿Por ejemplo?

Bueno, lo más lejano que he hecho ha sido escupir fuego.

Perdone, ¿escupir fuego?

Sí, algo muy divertido, y lo he hecho en pasacalles. Es lo más loco que he hecho para sobrevivir, lo demás ha sido más normalito, porque también he sido cuentacuentos para niños, protagonista de fiestas de payaso para cumpleaños con globoflexia? Como ves, un poco de todo, pero he sido feliz haciendo esos trabajos, y si los tengo que volver a hacer, los haré sin ningún problema.

¿Nunca tuvo un plan B frente a actuar?

Una vez que me decidí por ser actor, no, pero antes de tomar esa decisión estuve a punto de ser periodista.

Tampoco es una profesión que goce de una gran salud laboral...

Ja, ja, ja? Siempre me han gustado las misiones imposibles. Me gusta mucho conversar y descubrir a las personas. En el instituto teníamos una optativa que era comunicación audiovisual y me la cogí de cabeza. Descubrí el formato de entrevista y cómo dar tu visión del mundo a través de otras personas.

Pues siempre estará a tiempo de meterse en el mundo del periodismo...

Ya no, ya no, es tarde. Estoy totalmente volcado en esta profesión y doy la visión del mundo a través de mis personajes en lugar de hacerlo a través de los medios de comunicación.

¿Su asignatura pendiente es el cine?

Sí. He hecho muy poco, además con papeles muy pequeños, y creo que ahora estoy preparado para afrontar un personaje durante un rodaje de cine. Pienso que tengo herramientas suficientes para poder enfrentarme a personajes con mayor recorrido. Sueño con un personaje protagonista, aunque no sé si lo conseguiré algún día, pero soñar es bueno, ¿no?

Eso sí, le entusiasma el teatro.

Antes era lo que más me gustaba, pero ahora que estoy haciendo audiovisual he descubierto que me fascina de igual manera. Era de los típicos que pensaban: Como el teatro no hay nada. El teatro es la conexión directa con el espectador.

¿Y ha cambiado de opinión?

Es verdad que el teatro es la conexión directa con el público y que es maravilloso, pero he descubierto esa misma sensación en los segundos previos a que se diga: Acción, en un rodaje. Es el mismo nervio, la misma conexión, algo muy emocionante. Esa segregación de adrenalina me engancha. Ahora mismo no podría elegir.

PERSONAL

Edad: 36 años.

Lugar de nacimiento: Cistérniga (Valladolid).

Trayectoria: Empezó en Amar es para siempre, pero su gran oportunidad le llegó de la mano de Vis a vis, donde su personaje, Palacios, caló hondo en los espectadores. Él lo recuerda con mucho cariño. En cine ha trabajado en películas como Kiki, De chica en chica o La mano invisible. Es bailarín y también director escénico. En estos momentos está en el elenco de Señoras del h(AMPA) y de Madres, y tiene entre manos la obra Cuando todo cambia y prepara el espectáculo musical Aquellas pequeñas cosas.