El espacio Planeta Calleja ha desembarcado como una de las novedades de la temporada. Algunos podrán pensar que es una entrega más de sus aventuras al límite. Un límite que unos ven trucado y a otros entusiasma. Lo cierto es que ahora se ha ido a correr peligro con algunos famosos como José Coronado y su hijo. Aquí se ve que el formato cambia. Que Calleja pregunta más que se exhibe. Consigue por momentos meter al espectador con toda su curiosidad en la aventura. Algo que repetirá con Santi Millán, Marc Márquez y José Mota. Una forma extrema de transmitir sinceridad en las preguntas y algo de alma en las respuestas, tan amañadas normalmente en la televisión. Si unos prefieren soportar los experimentos pseudocientíficos de Pablo Motos a otros les da por escalar paredes o hacer trekking mientras cuentan a la cámara sus anhelos. Es precisamente en el desafío que supone la experiencia lo que humaniza al personaje y nos hace ponernos de su lado.

Los que han cruzado al otro lado con su televisión autonómica son los murcianos. Más concretamente, su gobierno del PP que ha decidido privatizarla. Esta es la primera fuga controlada que permite la reforma de la Ley Audiovisual, que favorece la privatización aunque los costes de transmisión de la señal corran por cuenta de los presupuestos públicos. Además, de los 6 millones de presupuesto anuales que tenía hasta ahora, el Gobierno murciano pretende darle directamente una subvención por 12 millones, una ayudita de nada que duplica el presupuesto. Lo que no queda claro en la convocatoria del concurso es si los aspirantes han de pasar por el aro del sistema de sobres o hay una nueva fórmula. Independientemente de a qué sobre se lo den parece que el reglamento impuesto por el PP sigue fijando los criterios de los contenidos informativos privatizados. Vamos que van a seguir igual pero en manos amigas.