Las redes sociales han convertido la actividad pasiva de ver la televisión en un fenómeno interactivo que está redefiniendo la forma en la que se realizan los programas con el fin concreto de responder a las expectativas de unos televidentes, que han dejado de ser un mero índice de audiencia. Aunque los ejecutivos de las cadenas y las grandes marcas aún se están comiendo la cabeza tratando de averiguar cuál es el valor comercial de un tuiteo o un "me gusta" en Facebook, lo cierto es que nadie quiere quedarse fuera de la conversación en internet, aunque solo sea por si acaso.
Los informativos, las tertulias, las series y, por supuesto, los espacios de variedades y concursos que se emiten en riguroso directo, repiten con insistencia sus hashtags para establecer un diálogo con los espectadores que les lleve a ser el trending topic del momento, es decir, el tema que más interés ha despertado en los usuarios activos de las redes sociales.
Una dinámica que se ha consagrado este mes como la nueva vara de medir el éxito de un contenido en la pequeña pantalla, después de que la consultora Nielsen lanzara un rating que tasa el impacto que tienen las producciones televisivas en Twitter. Paralelamente, Facebook ha comenzado a enviar de forma privada a NBC, CBS, ABC y FOX, las cuatro grandes emisoras en abierto de EEUU, sus propios análisis sobre cuántos "me gusta" y comentarios generan sus contenidos en su red social, en un claro pulso con Twitter por ser la plataforma de referencia a la hora de captar audiencias.
Los ejecutivos de Facebook aseguraron recientemente que produjeron más de 5,5 millones de interacciones en sus páginas respecto al final de Breaking Bad, aunque esa cifra cuenta las veces que se hace clic sobre un "me gusta", algo que no requiere la misma implicación que escribir un tuiteo. "Twitter es quizá mejor para obtener una reacción inmediata, pero si se quiere establecer una relación a más largo plazo con el público, quizás Facebook sea la opción", explicó el profesor Joonghwa Lee, especializado en publicidad interactiva y docente de la Facultad de Periodismo de la universidad estatal Middle Tennesssee. Lee echó en falta que Nielsen se aproximara de una forma más cualitativa y no solo cuantitativa a sus resultados de Twitter, lo que ayudaría a entender mejor qué funciona y qué no en la pequeña pantalla.
presión Esa información sería de gran utilidad para las marcas comerciales y los ejecutivos de las cadenas, pero podría suponer un tormento para los creativos detrás de los programas, especialmente los dramas altamente serializados que actualmente ya sienten la presión de la audiencia en las redes sociales.
Los realizadores de Covert Affairs reconocieron en una entrevista reciente que tuvieron que añadir escenas al final de la segunda temporada para responder a las constantes preguntas en Twitter sobre por qué el protagonista no podía recuperar la visión, mientras en Vampire Diaries se vieron obligados a explicar una acción de uno de sus personajes que resultó demasiado extraña para el público de la serie.
Shonda Rhimes, responsable de series como Scandal y Grey's Anatomy, insistió en poner límites al caso que se le hace a la gente, porque de lo contrario "nunca conseguiría escribir nada", según comentó a The New York Times.
Rhimes invitó además a sus cerca de medio millón de fans en Twitter a que no se tomen su trabajo demasiado en serio. "Me gano la vida inventándome historias. Recuerda, nada de esto es real ¿vale? No me pases tu locura con tuiteos", sentenció la guionista.
Beau Willimon (House of Cards) reconoció que hay un beneficio en escuchar al espectador, algo en lo que coincidió Carlton Cuse (Lost, Bates Motel) para quien esa relación obliga a tener "una piel gruesa" que proteja al creador y le permita mantener "cierta perspectiva" sobre el rumbo al que se dirige la serie.