la reducción de 204 millones de euros en el presupuesto de RTVE ha reavivado el debate sobre cómo conseguir una financiación estable y suficiente para la Corporación, algo que, según los expertos, puede pasar por el cobro de un canon por hogar, por el regreso parcial de la publicidad o por una combinación de las dos.
Fuentes del sector creen que la opción del cobro de un canon por hogar para ayudar a la financiación de TVE -algo a lo que no son ajenos ni alemanes, ni franceses, ni italianos, ni ingleses- es un debate que el Gobierno o el PP pueden poner sobre la mesa en el futuro. El consejero de la Comisión del Mercado de las Telecomunicaciones (CMT) Ángel García Castillejo recuerda -pero insistiendo en que lo hace a título personal- que el Comité de Sabios, que se creó en 2004 por el Gobierno socialista para la reforma de los medios de titularidad pública, ya ofrecía como alternativa al modelo mixto de financiación (vía subvención e ingresos comerciales) un canon para el mantenimiento de TVE. En un informe encargado por las televisiones comerciales el año pasado a Deloitte se puso también de relieve que en el caso de Alemania el 87% de los ingresos de los operadores públicos se obtiene por el cobro del canon y el resto proviene de la publicidad. Están sujetos a su pago todos los hogares que dispongan de al menos un receptor de televisión, así como las personas solteras, los matrimonios y las parejas de hecho, además de las parejas con hijos. Es más, en este último caso si los hijos trabajan y tienen unos ingresos superiores a 291 euros al mes, deben abonar su propio canon. El año que viene se prevé que se abone de manera universal con todos los hogares pagando la misma tasa. Según el tipo de canon -por uso de la radio y la recepción de la señal televisiva- este puede oscilar entre los 5,76 euros mensuales y los 17,98.
En el caso de la financiación del servicio público de televisión y radio en Italia, se basa en la aplicación de un canon pagado por todas las partes que poseen un televisor. En 2009 supuso el 54% de los ingresos de la RAI y el resto provino de la publicidad, venta de programas y pago por visión. El importe anual es de 110,50 euros en caso de que se pague anualmente o bien se pueden elegir pagos fraccionados -semestral o trimestralmente- cuyos importes son de 56,39 euros y 29,36 euros, respectivamente.
García Castillejo recordó, sin embargo, que cuando el Comité de Sabios presentó esa posibilidad "nunca se valoró en aquel momento. A mí me parece una salida correcta teniendo en cuenta la situación por la que pasa RTVE", mantiene este experto -exasesor de Presidencia del Gobierno para asuntos audiovisuales-, quien también sugiere sumar una financiación mediante presupuestos para conseguir unos ingresos estables. Incluso va más allá y reivindica un mandato marco que incluya un contrato programa que se renueve cada tres años.
Para Juan Ramón Plana, director general de la Asociación Española de Anunciantes (AEA), el canon no es la solución adecuada, ya que "el ciudadano no está acostumbrado a pagarlo y porque tendría un efecto disuasorio". "La televisión pública no puede acabar siendo un reducto, debe ser una televisión para todos. Con el canon solo la verían unos pocos", indica. También insiste en la necesidad de que regrese la publicidad a RTVE: "No es algo que se deba estigmatizar". "Todo son ventajas: anima al consumo -algo necesario en momentos como los actuales- y es bueno para las operadoras privadas, ya que incrementa la competencia", asegura Plana. Es una fuente de financiación para que se mantenga una financiación estable en RTVE. "Aunque sea que regrese de forma parcial como ocurre en Alemania", donde la emisión de anuncios tiene unos horarios específicos, defiende. Alfonso González, director de planificación de la empresa Arena Media, mantuvo recientemente en la Asamblea General de la Asociación Española de Anunciantes que a las marcas les cuesta un 25% más caro llegar al consumidor desde que se retiró la publicidad de TVE.
Fuentes próximas a UTECA recuerdan lo que siempre han defendido: si TVE hubiera seguido financiándose con la emisión de publicidad -algo que dejó de hacer en enero de 2010- "estaríamos ahora peor, con la ya marcada caída de los ingresos publicitarios".