Vitoria. Anjel Alkain está dispuesto a dar rienda suelta a sus ideas en la segunda temporada de Finlandia. La dirección de ETB le ha encargado seis nuevos programas y él quiere volver a jugar con los invitados, reírse de lo más cercano y entretener al espectador insuflando aire fresco a ETB-1. Durante la primera temporada, le han preguntado constantemente por el título del programa. "¿Por qué Finlandia? Porque sí, porque a mí me gusta".
¿Qué ha supuesto la primera temporada de 'Finlandia'?
Con este programa queremos dar aire fresco a la cadena tratando de hacer un espacio espontáneo y diferente; empezando por tener dos presentadoras, algo que no es muy habitual, creo que las chicas están muy bien. Hemos pretendido jugar con el entrevistado. No nos interesan las cosas de su vida. Para eso hay otros programas.
Han puesto en un brete a los entrevistados, ¿cómo se lo han tomado?
Los entrevistados nos han dicho que se lo han pasado fenomenal, que nunca lo habían pasado tan bien. Les ha encantado el decorado, la estética del programa; todo eso hay que valorarlo. Ha supuesto hacer un programa diferente: jugamos con el entrevistado, hacemos unos sketches e introducimos personajes de ficción que interactúan con el entrevistado. Es todo natural, no se leen textos o preguntas.
¿Un programa muy trabajado?
Sí, tiene su trabajo. Tú tienes un invitado y dependiendo de cómo sea le proponemos diversos juegos: que jueguen con los videojuegos, bailar, pilotar un coche de Fórmula 1… Verles la cara que ponían ya era todo un poema, una gozada porque es gente a la que no estamos acostumbrados a verla en esas tesituras.
¿Se ha resistido alguno?
Ninguno. Todos nos han dicho que se lo han pasado muy bien y que la hora y media se les ha pasado muy rápido. Tenemos diferentes secciones para meter a gente joven. Hemos propuesto desafíos, una cuadrilla contra otra. Hemos enseñado los locales de los jóvenes en su pueblo. Creo que este programa es simpático y lo hemos conseguido en la primera temporada.
Además tiene que ser familiar.
Eso es inevitable, nos ponen los sábados y todos sabemos el tipo de gente que ve la televisión ese día, las familias con los niños pequeños y gente mayor. Nos hemos propuesto un programa de contenidos familiares. Si estuviéramos otro día y a otra hora, los contenidos serían diferentes.
¿Ha sido difícil competir contra el fútbol?
Sí. El fútbol es lo que es y atrae a mucha gente. Eso ya lo sabíamos cuando empezamos. Para mí lo importante ha sido que la curva de la audiencia ha ido a más en cada programa. Si empiezas con buena audiencia y terminas con poca es que no ha gustado. Contra el fútbol no se puede competir, sobre todo, contra un Barça-Real Madrid porque contra un Zaragoza-Mallorca sí. Pero no es solo el fútbol, es La noria, es el cine y son otros programas.
Los espectadores cuando vieron el título del programa, 'Finlandia', creyeron que iban a ver 'Polonia' en versión euskera.
No tiene nada que ver. Escogí Finlandia para no justificar nada. Me gusta, creo que tiene fuerza y no quiero decir nada con el título. Quiero que la gente me pregunte por qué Finlandia.
¿Por qué 'Finlandia'?
Porque sí. En el mundo del euskera hay que justificar todo mucho, pues no. El nombre quiere ser transgresor, pueden pensar que el estilo está copiado a Polonia, el programa de TV3. Pues no, es el título, nada más. Los dos programas -Finlandia y Polonia-, no tienen nada que ver.
¿Es difícil innovar en televisión?
Es muy difícil. Sobre todo, si eres cuadrado. Hay que intentar ser lo contrario, ver cosas de fuera. No todo lo que se hace aquí es malo y tampoco es lo mejor. Creo que cuando hicimos Wazemank hicimos cosas buenas, pero cubrimos un ciclo y no sé si volverá. Finlandia es el programa que queríamos hacer. Claro que es difícil innovar, pero si tienes la intención de innovar lo puedes conseguir. Creo que hay programas donde no existe esa intención, son muy cuadrados.
¿En qué parte del programa se puede innovar?
En todas. Con los conceptos estéticos, con los decorados, con el nombre, con los contenidos… Es necesario romper y no hacer siempre lo mismo. Siempre he sido un poco transgresor con el mundo del euskera, con el mundo de los berstsolaris y con todo aquello que sea cercano al mundo euskaldun.
¿Hay que terminar con los tabúes?
No se trata de tabúes. Si todo el mundo puede hacer estas cosas, por qué no las vamos a hacer nosotros. Vamos a reírnos un poco de lo que conocemos.
¿Va a seguir la segunda temporada la misma línea que la primera?
Sí. La primera temporada hicimos unos quince programas y por ahora nos han pedido seis. Vamos a seguir la misma línea, pero dependerá del día de emisión que nos pongan. Todavía no lo sabemos. Esta vez vamos a hacer más secciones de ficción, sabemos que la gente quiere eso, pero tendremos a nuestro invitado y le haremos jugar a mil cosas. El objetivo es que sea más humorístico y más espontáneo si cabe.
¿Se ha negado alguna persona a participar en el programa?
No, todo lo contrario. Además, yo tengo la mente abierta y también se puede intentar traer a una actriz o a un cantante inglés, ponerle un pinganillo y jugar también con otro tipo de gente. Eso se hace en todas las televisiones del mundo; ¿por qué no lo vamos a hacer aquí?
¿Suele negociar el día de emisión?
El día lo pone la cadena, yo puedo dar mi opinión, pero es la cadena quien sabe sus necesidades de programación, yo no tengo ni idea de esas cosas.
¿Le resulta cansado combinar radio y televisión?
No, siempre y cuando tengas un buen equipo en los dos lados. Trabajo en equipo y a mí me va la marcha. Tengo un equipo para radio y otro para televisión.
¿Es usted fiel a los equipos?
Por supuesto. Mientras el equipo no esté acabado creativamente o artísticamente, soy fiel al equipo y creo que los equipos son fieles a mí.
¿Cómo le surgen esas ideas tan originales?
Poniéndote a ello y siendo profesional, aunque suene un poco fuerte. Se puede coger una idea y darle la vuelta, buscar el punto de transgresión. Quizá nos podemos plantear que el idioma que está en extinción es el castellano y no el euskera o coger a un bertsolari e intentar ver cómo podría atracar un banco… No sé, se me acaba de ocurrir. Si te pones en clave cómica, tienes que buscar lo que puede hacer reír a la gente de tu entorno y qué me hace gracia a mí. Yo busco lo que puede gustar a los niños, a los padres, a las amonas, a los aitonas…, a partir de ahí, hay que ser un películas y tener ideas. Por ahora ideas no nos faltan.