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Diseña tu Navidad y celebra sin seguir el guion de siempre

Cada vez más personas reinventan estas fechas con rituales propios

Diseña tu Navidad y celebra sin seguir el guion de siempreFreepik

La Navidad acostumbra a repetirse sin que la cuestionemos. Y, aunque las tradiciones son importantes, hay que reconocer que la vida cambia. Y cuando lo hace, también puede cambiar la forma de celebrar. Cada vez más gente decide adaptar las fiestas a su realidad, no al revés.

La clave está en empezar por lo pequeño. Un ritual propio. Algo que no depende de nadie más. Puede ser un desayuno especial para inaugurar las fiestas o una película repetida año tras año. Tú eliges.

Otro paso útil es elegir la escala. Admitámoslo, no todas las celebraciones tienen que ser a lo grande. Una comida sencilla puede ser suficiente. O un único evento central que marque el tono del resto. Decidir la escala te permite respirar y te devuelve margen de maniobra.

También puedes seleccionar unos pocos momentos clave y dejar el resto sin decidir. Y con unos pocos es eso; no todo el calendario de actividades. Lo demás, lo dejas abierto. Cuando dejas hueco en tu agenda, desaparecen las obligaciones. Y aparece la posibilidad de improvisar. O de descansar. O de no hacer nada, que también es celebrar.

Los horarios son otro terreno donde hay libertad. Cambiar una cena por una comida. Adelantar un encuentro porque el día 24 no puedes o no te apetece. Flexibilizar rompe la sensación de rigidez, y tus navidades no pierden valor por ello. Lo gana.

Con los regalos pasa algo parecido. En ocasiones basta únicamente con llegar a un acuerdo: hacer un solo detalle, un presupuesto común, un intercambio pequeño. Así evitas compras impulsivas y permites que el gesto sea eso, un gesto. No una carrera.

Y queda otro aspecto importante: las comparaciones. Es fácil dejarse arrastrar por las redes sociales ajenas. Pero nada de eso es una medida real. Tu Navidad no necesita competir con la de nadie. Ni replicar decoraciones, ni copiar menús, ni encajar en un molde que no encaja en tu vida.

Si aún no sabes por dónde empezar, prueba con un “año piloto”. Un ensayo. Cambia un orden, un horario, una costumbre. Observa si encaja. Si funciona, se queda. Si no, se descarta. Las tradiciones nacen así, de un gesto que se repite porque tiene sentido, no porque toca.