El 75% de la huella de carbono de Euskadi la emiten los hogares, siendo las principales fuentes de emisiones las asociadas al transporte, la alimentación y la vivienda, según el informe 'Cálculo de la huella de carbono de Euskadi' elaborado por el BC3 y editado por la entidad pública Ihobe promovida por el Gobierno vasco.

El documento se basa en la huella de carbono como un indicador "que mide las emisiones generadas en todo el mundo para satisfacer su demanda final (consumo privado, consumo público e inversión) de bienes y servicios", y estudia la evolución de las emisiones en el período 2010-2021.

La medida de CO2 equivalente se utiliza para expresar la cantidad de GEI (gases de efecto invernadero) tomando como referencia el dióxido de carbono.

Según se desprende del estudio, la huella se ha reducido un 13% en ese lapso de 11 años "lo que evidencia una reducción de todas las emisiones de las que Euskadi es responsable".

Si bien el informe recoge el cálculo de la huella de carbono en Euskadi en el período 2010-2021, en él se explica que los dos últimos años son "bastante anómalos en términos de consumo" por el efecto de las restricciones de la pandemia, por lo que el propio documento toma el año 2019 "como último año representativo" a la hora de evaluar la situación actual y las tendencias.

Además, al comparar la tendencia de las emisiones con el crecimiento del PIB vasco, el informe observa "un desacoplamiento entre la huella de carbono y la actividad económica, ya que entre 2010 y 2021 el PIB de Euskadi creció un 17%".

"Mientras que la actividad económica ha aumentado a lo largo del periodo, las emisiones han disminuido, lo que indica un desacoplamiento absoluto de las emisiones respecto del crecimiento económico", indica el documento.

Otra de sus conclusiones es que "si bien esta tendencia generalizada de desacoplamiento es positiva, es necesario hacer esfuerzos adicionales en reducir las emisiones territoriales para alcanzar los objetivos de reducción a 2030 y 2050".

TIPOLOGÍA DE LAS EMISIONES

La mayor parte de la huella de carbono, detalla el estudio, proviene del gasto de los hogares, de la misma manera que la mayor parte de la demanda final proviene de los mismos. En 2019, el 75% de las emisiones (7,81 toneladas de C02 equivalente del total de 10,36 toneladas per cápita) estaban asociadas al gasto de los hogares.

En orden de peso total, tras la huella del gasto de los hogares se encuentra la huella asociada a las inversiones que en 2019 representaron el 16% del total de emisiones, mientras que el consumo de las Administraciones públicas en el mismo año supuso el 8%.

En ese sentido, se indica que "el peso relativo de los diferentes componentes es bastante estable durante todo el periodo analizado, por lo que los datos de 2019 son representativos de lo ocurrido en el periodo".

Así, en 2019, la parte más importante de la huella provino del transporte (31%), con 2,42 toneladas de CO2 equivalente per cápita. 1,80 t se deben al uso de carburantes asociado a uso del vehículo privado por los hogares (que incluye también el mantenimiento y reparaciones y la compra de piezas de repuesto). El resto se debe a la compra de vehículo privado y a otros modos de transporte.

Tras el transporte, siguen la alimentación y bebida (2,09 t CO2eq, el 27%), la vivienda (1,36 t CO2eq, el 18%), y la restauración y hoteles (0,64 t CO2eq, el 8%). Estas cuatro categorías representan el 83% de la huella total.

Según se detalla, la vivienda no solo incluye electricidad, gas y otros combustibles líquidos y sólidos no utilizados para el transporte (que representan el 12% de la huella), sino también el mantenimiento, alquiler y compra de la vivienda, así que como el consumo de agua (6% de la huella).

Después, con un 4% cada uno, se encuentran los servicios varios (cuidado personal, servicios financieros, profesionales, y personales), vestido y calzado, y ocio y cultura. Con un 3% están las categorías de mobiliario y electrodomésticos, con un 2% salud, y con 1% las comunicaciones.

IMPORTADORES DE EMISIONES

Las emisiones del consumo vasco (consumo de los hogares, consumo de las Administraciones públicas e inversiones) son superiores a las emisiones territoriales, entre un 27% (en 2010) y un 49% (en 2018), lo que indica que Euskadi es un territorio "importador de emisiones".

"Las emisiones asociadas a la demanda final vasca son mayores que las emisiones generadas en Euskadi. Esta diferencia hace que Euskadi sea una región importadora neta de emisiones", detalla el estudio.

En cuanto a la evolución de las emisiones desde 2010 a 2019, se reducen tanto las emisiones territoriales generadas por Euskadi (-14%) como las asociadas al consumo total (-10%).

CONSUMO INTERNACIONAL

Tomando como referencia de nuevo el año 2019, Euskadi se encontraba "en una posición intermedia" de consumo. La huella total de Euskadi fue ligeramente inferior a la europea y una tonelada de CO2eq mayor que la del resto del Estado.

Con respecto al consumo de los hogares, las emisiones vascas también se sitúan "en un término intermedio entre países cuyas emisiones alcanzaban más de 14 t CO2eq (como es el caso de Australia y Estados Unidos) y otros que no llegaban a las 2 t CO2eq (como la India)".

En cuanto a la evolución, el documento aprecia una disminución progresiva de la huella de los países con mayores huellas, incluyendo Euskadi y el resto del Estado, y un tímido aumento de los países con menores huellas.

Según se detalla en el documento, "a pesar del incremento de la popularidad de la huella de carbono como indicador para medir la evolución de las emisiones desde la perspectiva del consumo, su integración en políticas ambientales sigue siendo limitada".

Una de las principales "trabas" de esto es que la mayoría de resultados, explica el informe, "no se consideran lo suficientemente precisos para su uso en políticas públicas", ya que el ámbito académico "ha tenido que combinar y reconciliar diversas fuentes de datos, lo cual ha resultado en desviaciones de los datos oficiales producidos por los institutos nacionales de estadística".