ONG han coincido en alertar sobre las consecuencias del impacto climático y los conflictos en el hambre en el mundo, lo que a su vez incide en un aumento de la mortalidad en los países más vulnerables y en un descenso de las condiciones de la calidad de vida de sus habitantes, con motivo del Día de la Tierra, que se celebra este 22 de abril.

En el caso de World Vision, ha presentado un análisis en el que ponen de relieve cómo la degradación de la tierra y los conflictos están provocando la crisis del hambre en 23 países. Este estudio, llevado a cabo por Ai Superior para World Vision, revela que es probable que las zonas que sufren degradación de la tierra experimenten un 32% más de muertes, un 24% más de conflictos y un 23% más de días de conflicto en los seis meses posteriores, entre otras conclusiones.

"Estos resultados muestran el bucle negativo entre la degradación de la tierra, el hambre y los conflictos, y en qué medida se debe a la acción humana", afirma la directora de Operaciones Humanitarias de World Vision, Isabel Gomes.

"A pesar de que el problema de la degradación de la tierra ha disminuido en los últimos 30 años (desde 1989, ha habido un aumento del 79% en la cubierta vegetal verde en los países que sufren inseguridad alimentaria aguda o riesgo de hambruna), esta investigación muestra que, donde hay degradación de la tierra, existe un fuerte vínculo con el conflicto, y donde hay conflicto, a menudo existe un aumento posterior de la degradación de la tierra", detalla.

En este sentido, pone el foco en "la preocupante realidad de que la hambruna es una cuestión política más que de tierras cultivables y producción de alimentos". "Como problema creado por el hombre, la prevención de la hambruna exige soluciones creadas por el hombre. Es la forma en que estamos tratando a nuestro planeta --y entre nosotros-- lo que está causando una pérdida de vidas, daños al medio ambiente y, en última instancia, un alto riesgo de hambre", denuncia.

Según la ONG, las repercusiones económicas de la pandemia del covid-19 y la guerra en Ucrania han añadido nuevas tensiones a situaciones ya de por sí frágiles.

Hambruna en 23 países

"Invertir para prevenir la degradación de la tierra, buscar la paz y hacer frente a otros factores de estrés provocados por el hombre es crucial para evitar la muerte de millones de niños y niñas por malnutrición. Esto requiere compromiso y voluntad política para abordar las causas subyacentes de la inseguridad alimentaria, la pobreza y la vulnerabilidad a nivel mundial, nacional, comunitario y familiar", concluye.

Este estudio se ha realizado en abril de 2023 y ha analizado a países como Afganistán, Burkina Faso, Camerún, RCA, Etiopía, Gambia, Ghana, Guatemala, Costa de Marfil, Kenia, Líbano, Liberia, Mali, Namibia, Níger, Nigeria, Senegal, Somalia, Sudán del Sur, Sudán, Togo y Uganda.   

Las catástrofes climáticas generan pobreza

Por otro lado, una investigación llevada a cabo por la organización Alianza por la Solidaridad-ActionAid ha revelado que, al menos, un 93% de los países más vulnerables a los impactos del cambio climático están ahogados por la deuda. Por ello, la organización pide a las instituciones financieras que se cancele la deuda de estos países además de reclamar que se lleve a cabo una reforma radical de la gestión de la deuda mundial para poner fin a esta problemática.

Según el informe --que lleva por lema 'El círculo vicioso: Los vínculos entre la crisis de la deuda y la crisis climática'--, nueve de los países más vulnerables al cambio climático ya están gravemente endeudados, 40 países vulnerables al calentamiento global corren un riesgo moderado o alto de sufrir problemas de endeudamiento y cuatro corren un riesgo bajo de endeudamiento.

La investigación también ha revelado que 38 de los 63 países más vulnerables a la crisis climática están gastando tanto en el pago de la deuda que es probable que recorten el gasto en servicios públicos y cuestiones referentes a la lucha contra el cambio climático, entre otras cuestiones.

"En la Comunidad Económica de Estados de África Occidental, donde se encuentran muchos de esos países vulnerables, se enfrentan a grandes retos para gestionar su política monetaria. Si a esto le añadimos problemas de deuda externa con países como China, la UE, etc.; las restricciones que imponen el FMI o el Banco Mundial cuando prestan dinero para que no se aumente el gasto en bienestar social; y la corrupción, ¿qué posibilidad tiene la población para sobrevivir al cambio climático? La respuesta es evidente: ninguna", alerta el director de Alianza-ActionAid Senegal, Javier Larios.

Por ello, reclama "un cambio del funcionamiento económico a nivel internacional con la anulación de la deuda en dichos países" que, a su juicio, "sería el primer paso para que puedan iniciar un trabajo de lucha contra las catástrofes climáticas que ya están sufriendo".

Por su parte, para el director de Programas de ActionAid International, David Archer, "estas deudas están encerrando a los países en una espiral negativa, obligando a los gobiernos a recurrir al recorte del gasto público y a invertir en cosas que no son buenas para el clima a fin de pagarlas".

"Instituciones como el Banco Mundial, el FMI y los bancos privados con sede en los países enriquecidos están impidiendo el progreso climático, ya que siguen imponiendo condiciones estrictas a los países vulnerables al clima a cualquier precio", lamenta.