El hombre de 48 años encarcelado tras apuñalar a su exmujer en presencia de sus dos hijas menores en Estepona (Málaga) el pasado 19 de diciembre ha sido encontrado este martes sin vida en la prisión de la localidad malagueña de Alhaurín de la Torre tras, según los primeros indicios, haberse suicidado.

Fuentes del caso han asegurado a EFE de que eso es lo que apuntan los indicios, aunque la causa de la muerte la debe determinar la autoridad judicial tras la práctica de una autopsia.

Según ha informado "ABC", ha sido encontrado fallecido poco después del recuento diario matinal de presos, cuando el compañero de celda había sido salido para acudir a unas diligencias.

El Juzgado de Primera Instancia e Instrucción número 3 de Estepona, competente en violencia sobre la mujer, acordó el pasado 22 de diciembre el ingreso en prisión provisional, comunicada y sin fianza del hombre, que había sido detenido por asestar ocho puñaladas en la espalda con una navaja a su expareja, de 42 años.

La hija mayor del matrimonio, de 17 años, explicó que se interpuso entre sus padres para evitar de esta manera que las puñaladas que recibía su madre resultaran mortales.

El hombre había salido en noviembre de prisión, donde cumplía condena por un delito de violencia doméstica hacia su exesposa y otro delito de robo con fuerza, sentencia que dictó un juzgado de Marbella, donde residía entonces la familia.

Él estaba siendo investigado ahora por la presunta comisión de un delito de tentativa de homicidio hacia su expareja, que precisó ingreso hospitalario.

El ataque se produjo en el rellano de la vivienda donde reside la mujer, a la que el presunto agresor asestó las puñaladas con la navaja que portaba en su bolsillo cuando esta llegó a casa tras finalizar el trabajo.

Las hijas de ambos, que se encontraban en el interior de la vivienda, miraron por la mirilla y abrieron la puerta para intentar ayudar a su madre, que llevaba ocho años separada de su pareja. Tras interponerse entre el agresor y la víctima, las menores pidieron auxilio a gritos a los vecinos, por lo que el hombre optó por huir del lugar.

El presunto agresor fue detenido a unos 400 metros de la vivienda con una herida auto infringida en un antebrazo, por la que sangraba de forma abundante.