ás de trescientos objetos, documentos, fotografías,... Y muchos más recuerdos y sentimientos impregnados en cada una de esas piezas que están expuestas en varios espacios acondicionados en el interior de Sabin Etxea, la histórica sede del PNV, que ahora abre sus puertas a quien quiera profundizar en la historia del nacionalismo vasco y conocer detalles poco conocidos o ignorados. Por ejemplo que ya antes de que lo hiciera Andoni Ortuzar, el mismísimo lehendakari Aguirre acostumbraba a cambiar su traje de político por otro más desenfadado y disfrazarse; o que los franquistas demolieron la casa donde nació Sabino Arana para tratar de hacer desaparecer cualquier huella del abertzalismo; o que hace ya casi un siglo, decenas de mujeres integradas en Emakume Abertzale Batza tomaban las calles de Bilbao en defensa de los derechos de las mujeres...
Esos fragmentos de la historia de Euskadi son parte de la galería distribuida en dos plantas y con diferentes temáticas hermanadas todas en una única inscripción: Nor gara gu? Y lo hace así, con una pregunta, para que cada visitante pueda tener su propia visión sobre la historia más reciente del Pueblo Vasco, pasando por la guerra civil y la postguerra, hasta el presente. En el hall de la sede jeltzale se ha habilitado un espacio para explicar precisamente la historia del edificio, arrasado en la década de los años sesenta y del que únicamente pudieron ser rescatadas un balcón y varias piedras. Hay también una zona dedicada a las donaciones -cuyo contenido será renovado periódicamente- que reciba la Fundación Sabino Arana, promotora de este “gran museo del nacionalismo vasco”, como calificó el presidente del EBB del PNV, Andoni Ortuzar, durante la presentación de esta iniciativa.
Un proyecto cultural que, además de cumplir esa función didáctica, quiere demostrar que en realidad hay muchas más leyendas dentro de esas cuatro paredes que las vinculadas exclusivamente con el mundo de la política. Los miércoles con entrada libre de diez a siete de la tarde y el resto de días (sábados y domingos incluidos) con visitas guiadas con cita previa, quienes lo deseen podrán contemplar de cerca las “joyas de la corona” del nacionalismo vasco como las primeras versiones de la ikurriña y de un eslogan imbatible hasta la fecha: Euzkotarren aberria Euzkadi da; o las gafas de pega que usó el lehendakari Aguirre para despistar a los nazis; o las cartas escritas por el propio Lauaxeta despidiéndose de su familia sabiéndose ya condenado a muerte por defender los derechos y libertades del Pueblo vasco.
En total, catorce vitrinas, un panel explicativo y esos más de trescientos objetos, documentos y fotografías. Todos originales. En cada uno de los expositores hay también un código QR -tan familiares durante esta pandemia- que ofrecerán más contenido e información sobre el asunto al que haga referencia. Porque la planta -1 de Sabin Etxea ha sido compartimentada en cinco estancias construidas como si fueran una panorámica histórica para que los visitantes puedan tener una visión integral del nacionalismo vasco. La primera se centra en el Aberri Eguna de 1932 y en Emakume Abertzale Batza.
La segunda esta dedicada a las asociaciones de jóvenes (Mendigoizales) que, entre otros asuntos, difundieron el euskera frente a las represalias de la dictadura franquista. También hay un espacio para Eresoinka, el grupo creado para dar a conocer la cultura y la identidad vasca y reivindicarlas fuera de las fronteras propias. El otro tema que se aborda en este pasaje es la guerra civil y da paso a un tercer recorrido, el de la clandestinidad y el del euskera hasta su reconocimiento oficial y su normalización. La cuarta zona se irá renovando periódicamente y estará consagrada a distintos personajes de la cultura vasca. Su primer protagonista será Esteban Urkiaga Lauaxeta; poeta, impulsor del euskera, abanderado de las reivindicaciones feministas y gudari fusilado.
La diáspora también se ve reflejada en una de esas vitrinas. El empeño de todas esas familias por mantener vivas las tradiciones y la identidad vasca fuera de su patria bien merece ese espacio expositivo. Es un reconocimiento más de la Fundación Sabino Arana, motor de toda esta iniciativa, a esas miles y miles de personas que se vieron en la necesidad de abandonar sus hogares. Vivieron tragedias y sobrevivieron a calamidades, pero nunca perdieron sus raíces aunque cambiaran las hojas. Florecer exige pasar por todas las estaciones y eso es precisamente lo que demuestra esta exhibición histórica y didáctica del Museo del Nacionalismo Vasco: “un apasionante recorrido por nuestras raíces” tal y como describió Mireia Zarate, presidenta de la Fundación Sabino Arana.
Un lugar, en definitiva, para reflexionar y de paso facilitar la transmisión del conocimiento acercándose a todos los recuerdos y experiencias vitales atesorados en los objetos, fotografías y documentos dispuestos en los espacios acondicionados en la sede del PNV. Y es que, esta exposición se enmarca en la estrategia jeltzale de abrir un proceso de escucha activa con la sociedad y con todas las sensibilidades, y derribar prejuicios, escrúpulos y suspicacias. Decía el burukide Andoni Ortuzar durante la inauguración que “nos dará la oportunidad de que mucha gente pueda entrar a Sabin Etxea y conocernos y saber de dónde venimos, lo que hemos hecho y lo mal que lo pasaron nuestros antecesores. Y que desde esa historia seamos capaces de construir esa Euzkadi nueva”.
‘Nor gara gu?’ muestra los recuerdos y experiencias de hombres y mujeres que trabajaron por un futuro para el Pueblo Vasco
Catorce vitrinas, un panel explicativo y más de 300 objetos. Todos originales. En cada expositor hay un QR con más contenido e información
La exposición se podrá visitar los miércoles -entrada libre de 10.00 a 19.00 horas- y el resto de días habrá visitas guiadas con cita previa