Las emisiones mundiales de carbono volverán a subir en 2021 y se situarán cerca de los niveles de 2019 previos a la pandemia del coronavirus y, por fuentes fósiles, carbón y gas repuntarán frente al petróleo que se mantendrá en niveles similares, según un informe de Global Carbon Project (GCP) que se presenta este jueves en el marco del XXVI Conferencia de las Partes de la Convención Marco de Cambio Climático de la ONU (COP26) que se celebra en Glasgow (Reino Unido) hasta el 12 de noviembre.
El informe refleja que las emisiones mundiales de carbono repuntarán a los niveles cercanos a la crisis y avisa de que de mantenerse la tendencia de 2021 "no se puede descartar un nuevo aumento de los niveles de emisiones en 2022", en particular en los sectores del transporte por carretera y la aviación, que podrían volver a su actividad anterior a la pandemia provocada por el virus SARS-COV-2.
Los investigadores consideran en su informe de que el rápido repunte de emisiones fósiles de CO2 según se van recuperando las economías de la pandemia del covid-19 refuerza la necesidad de una acción sistémica inmediata en respuesta al cambio climático.
En cuanto a las distintas fuentes emisoras, el trabajo de Global Carbon Project expone que las emisiones de carbono fósil se redujeron un 5,4% en 2020 debido a los confinamientos de Covid, pero el nuevo informe prevé un aumento del 4,9% este año (del 4,1% al 5,7%) hasta alcanzar los 36.400 millones de toneladas en total.
En concreto, estima que las emisiones derivadas del uso del carbón en 2021 superen los niveles de 2019, pero aún así seguirán por debajo de su máximo histórico, al que se llegó en 2014.
Además, prevé que las emisiones procedentes del uso del gas natural superen los niveles de 2019 en 2021 y retome así la tendencia constante de aumento del uso del gas que se remonta al menos a sesenta años atrás. Por su parte, las emisiones de CO2 del petróleo seguirán en 2021 "muy por debajo" de los niveles de 2019.
Por países, encabezan a los países emisores en el crecimiento global de las emisiones de CO2 de origen fósil a consecuencia del uso del carbón en los sectores eléctrico e industrial de China, aparentemente impulsado por la respuesta a la pandemia.
La proyección para 2021 sigue las tendencias de fondo a largo plazo de aumento de las emisiones de CO2 en el caso de la India.
Por el contrario, la mayor disminución de emisiones de CO2 procede de la UE27 y de los Estados Unidos, que son los "responsables históricos" de la mayor parte de las emisiones acumuladas hasta la fecha. De momento, Estados Unidos sigue siendo el mayor emisor a nivel mundial.
En cuanto al Estado, el estudio expone que emitió en 2020 un total de 208,9 millones de toneladas de CO2, es decir, un 17,2 por ciento menos que en 2019, pero en el conjunto de la UE se prevé que en 2021 las emisiones aumenten un 7,6% respecto a 2020, alcanzando un 4,2% menos que en 2019, lo que supone un total de 2.800 millones de toneladas de CO2, el 7% de las emisiones mundiales.
Los responsables del estudio advierten de que para tener al menos el 50 por ciento de posibilidades de limitar el calentamiento global a 1,5C, 1,7C y 2C, el "presupuesto de carbono" restante se ha reducido a 420.000 millones de toneladas, 770.000 millones de toneladas y 1.270.000 millones de toneladas, respectivamente, lo que equivale a 11, 20 y 32 años con los niveles de emisiones de 2021.
Por tanto, los investigadores señalan que llegar a nivel cero neto de emisiones de CO2 en 2050 implica reducir las emisiones totales de CO2 en 1,4 GtCO2 cada año de media, lo que es comparable a la reducción de 1,9 GtCO2 relacionada con la pandemia durante 2020.
Esto, según analizan, pone de manifiesto "la magnitud de la acción necesaria", aunque en su día Global Carbon Project insistió en que un confinamiento no es la forma de lograr a largo plazo la reducción de emisiones requerida.
Finalmente, la entidad investigadora lamenta que el repunte de las emisiones de origen fósil en 2020 supone una "vuelta a la economía basada en los fósiles anterior a covid".
Por otro lado, las emisiones brutas mundiales debidas a los cambios en el uso de la tierra siguen siendo elevadas: 14,1 GtCO2 en la última década. La reducción de la capacidad de control y de la aplicación legal de las medidas para reducir la deforestación tropical tras la pandemia se ha observado en múltiples países y puede perjudicar la reducción de las emisiones.
Como aspecto positivo, Global Carbon Project destaca que la perturbación económica de la covid-19 en 2020 parece haber acelerado la transición a las energías renovables, ya que éstas han mantenido su crecimiento hasta 2020, mientras que los combustibles fósiles han disminuido.