Todo apunta a que este verano podremos ir a la playa sí, pero esta experiencia no será tal y como la hemos conocido hasta ahora. Ya no podremos llegar a la playa con nuestra toalla y tumbarnos plácidamente en la arena sin más miramientos. Los arenales se llenarán de controles y presentarán límite de aforo, tal y como se desprende del protocolo elaborado por el Instituto para la Calidad Turística Española para prevenir el contagio del coronavirus en las playas.
Aforo y distancia de seguridad
El órgano gestor de la playa (normalmente los ayuntamientos, aunque algunas dependen de la dirección de Costas) será quien elabore un plan para determinar cuál es la capacidad de la misma. En función de este resultado se determinará la cantidad de personas que pueden estar en ella, teniendo en cuenta las características de la playa en cuestión.
Además, para hacer este cálculo, se deberá tener en cuenta la distancia mínima de seguridad. Tal y como sucede con las terrazas de los bares, cuatro amigas que estén bajo la misma sombrilla no tendrán que mantener la distancia de seguridad entre ellas, pero sí deben guardarla con el grupo de al lado. Y para garantizar que no hay más gente de la permitida, se reforzará la seguridad o incluso se controlará el aforo con drones. "Podrá ser necesario una modificación del plan de seguridad de la playa, atendiendo al resultado de la evaluación de riesgos, a los recursos disponibles por el ente gestor (por ejemplo, reorganización del personal, uso de drones, etc.)", dice el documento.
Zonificación
Por otro lado, una vez dentro de la playa, es posible que nos topemos con sombrillas o hitos en la arena balizando los itinerarios hacia la zona de baño o separando las zonas de arena seca de aquella más próxima al agua. Se quiere así, que quienes se encuentren en primera línea de playa mantengan la distancia de seguridad respecto a los que están en la orilla.
También veremos al personal que trabaja en el arenal equipado con guantes y mascarillas y se reforzará la limpieza y desinfección de duchas, baños y vestuarios, instalaciones deportivas y áreas infantiles.
Accesos
En cuanto a los accesos, se procurará que haya unos puntos de entrada y otros diferentes para salir. Por otro lado, si la playa está llena (como sucede en bares y discotecas) habrá que esperar a que salga gente para poder entrar. Además, los grupos que quieran acceder no podrán superar un número determinado de personas.
Estas son algunas de las medidas incluidas en este borrador del protocolo, coordinado por el ICTE con las Comunidades Autónomas y Ayuntamientos, y consensuado con sindicatos. Se espera próximamente, la Secretaría de Estado de Turismo envíe el texto al ministerio de Sanidad para que lo convalide. Cada administración o ente encargado de la gestión de las playas podrá añadir a posteriori sus propias medidas, pero esta guía incluye las mínimas que deberán cumplir todas las playas para volver a abrir al público.