Mendizorroza vivió una auténtica fiesta en el enfrentamiento de anoche ante el Getafe. No solo por la victoria lograda ante el conjunto madrileño, que sitúa al Alavés en la provisional décima posición a la espera del resultado que obtenga de su visita al Las Palmas, sino por la emocionante comunión vivida entre la afición y el equipo en el último encuentro del curso en casa.
El recinto del Paseo de Cervantes se vistió de gala para despedir la temporada 2023-24. Esa que tantas alegrías ha brindado a la marea albiazul y cuyo principal objetivo, el de la permanencia, se ha resuelto con cuatro jornadas de antelación para el desenlace después de un solvente periplo en el que el Alavés no ha tocado los puestos de descenso.
Mendizorroza rugió, cantó y festejó como en sus mejores noches. Porque el templo albiazul se ha consolidado como el indiscutible jugador número 12 tanto en la temporada del ascenso como en esta, donde el Alavés ha competido con orgullo y sin complejos ante los transatlánticos del fútbol estatal siendo fiel a sus señas de identidad. En este ejercicio han sido seis los 'sold out' registrados por el club albiazul después de los tres derbis (Osasuna, Athletic y Real Sociedad) y los duelos ante el Real Madrid, el Barcelona y el Getafe.
Previa en el campo
Minutos antes del pitido inicial, Mendizorroza ya fue aglutinando a miles de espectadores que no se quisieron perder los prolegómenos del encuentro. No quedaba ni una sola entrada a la venta y nadie quiso llegar tarde a un encuentro en el que hubo 18.709 espectadores. El Deportivo Alavés, con el objetivo de generar una atmósfera acorde a la cita, repartió camisetas entre sus aficionados bajo el lema de “Batzen gaituena-Lo que nos une”.
Además, los 22 protagonistas saltaron al verde con al menos un ojo puesto en el majestuoso tifo desplegado en la tribuna de Polideportivo. En él aparecía reflejada la oposición del fondo de animación respecto a una posible deslocalización del templo albiazul. La lluvia no fue un impedimento para que Mendizorroza se convirtiese en un fortín y llevase en volandas a su equipo.
El momento en el que se narró el once también fue especial. La afición vitoriana ovacionó a todos los integrantes de la plantilla y en especial a Luis García, quien acaba de renovar como el capitán del navío babazorro hasta 2026. La unión entre el técnico madrileño y la afición del Deportivo Alavés queda fuera de toda duda y anoche se volvió a demostrar el afecto entre ambas figuras.
Mendizorroza no dejó de insuflar oxígeno y ánimos a su equipo durante los 90 minutos de juego. El recinto del Paseo de Cervantes vibró con el gol de Carlos Vicente y también generó un ambiente hostil para su rival, que se encontró con un Glorioso que defendió a ultranza su hogar.
Durante varios momentos de la velada Mendizorroza celebró la victoria con la ola y prácticamente nadie abandonó su butaca tras el pitido final. Tras la conclusión del encuentro toda la plantilla dio la vuelta de honor sobre el césped y la afición rindió un merecido homenaje a la brillante temporada rubricada por el plantel de Luis García. Jesús Owono regaló una de las imágenes de la temporada, pues subió a la grada de Polideportivo y acabó tocando el bombo como un hincha más.
Sobre la medianoche y con un ligero retraso llegó uno de los momentos más deseados de la velada. El Glorioso volvió a saltar al césped de Mendizorroza, que para entonces seguía presentando un aspecto inmejorable. Cada futbolista babazorro salió ovacionado desde el túnel de vestuarios hacia el centro del terreno de juego a través de una pasarela con luces y pirotecnia en ambos costados.
Voz cantante
Luis García, el hombre más aclamado, saltó al campo al son del ‘Sweet Caroline’ y tomó la palabra para agradecer a la afición albiazul el incansable apoyo mostrado durante toda la temporada. La afición, por su parte, correspondió al técnico madrileño con el cántico “Ia, ia, Luis García” y se le puso así el broche de oro a una noche soñada y una temporada formidable en Mendizorroza.