donostia - Un hombre ha sido condenado por la Audiencia de Gipuzkoa a penas que suman 15 años de cárcel por violar a una niña de 11 años, amiga de sus hijos, a la que abofeteó, intimidó y amenazó con matarla a ella o a sus padres "si contaba algo". Además de la pena de cárcel, la sentencia impide al procesado comunicarse con su víctima y aproximarse a ella durante 22 años y le condena a ocho años de libertad vigilada tras su excarcelación, así como a compensar a la niña con 20.000 euros.
La resolución judicial declara al inculpado responsable de un único delito de agresión sexual y de otro de amenazas no condicionales, aunque la Fiscalía y la acusación particular reclamaban 30 años y nueve meses, y 43 años, respectivamente, al considerarlo autor de dos delitos de agresión sexual, un delito de maltrato y otro de amenazas.
La acusación particular le imputaba además un delito de secuestro de una persona menor de edad y apreciaba en el caso las agravantes de alevosía; aprovechamiento de las circunstancias de tiempo y lugar; aumento deliberado e inhumano del sufrimiento de la víctima, así como el de obrar con abuso de confianza.
Según el escrito judicial, los hechos ocurrieron sobre las 15.30 horas del 23 de septiembre de 2015, en una localidad del interior de Gipuzkoa, donde el acusado, que por aquel entonces tenía 39 años, abordó a la niña en las cercanías de su centro escolar y, tras preguntarle cómo estaba, la invitó a acudir a su domicilio "para seguir hablando", a lo que ella accedió "en la creencia" de que allí estarían los hijos de éste, amigos suyos.
Una vez en la vivienda, la pequeña se sentó en el sofá, donde el hombre se "abalanzó" sobre ella "con ánimo libidinoso", "aprovechando que estaban solos" , a pesar de que la niña "intentó zafarse e irse" no lo consiguió, ya que él, "aprovechando su superioridad física", la cogió del brazo y la lanzó nuevamente sobre el sillón "en contra de su voluntad".
"Seguidamente -prosigue el texto- la despojó por la fuerza de toda la ropa que llevaba, le tapó con una mano la boca y le dio una torta para evitar que gritara, a la vez que le decía que si continuaba gritando le volvería a pegar". No obstante, la niña "volvió a intentar zafarse e irse del domicilio", momento en el que recibió un nuevo tortazo del hombre, que la violó mientras la pequeña lloraba.
Unos cinco minutos después, en los que permaneció "tirado encima de ella" impidiendo que pudiera escapar, el hombre la sometió a distintos tocamientos y reanudó la agresión sexual. El procesado, "con ánimo de amedrentarla", le advirtió de que, "si contaba algo", la mataría a ella o a sus padres, tras lo que la pequeña "salió corriendo atemorizada".
Para condenar al inculpado, la sentencia otorga ahora total "credibilidad" a la declaración de la menor, en cuyo testimonio "persistente" en cuanto a la incriminación no detecta ningún motivo "espurio", a pesar de que ambas familias "se conocían previamente". - Efe