Madrid - El calor y el viento dificultaron ayer el control del incendio que afecta a la Comunidad de Madrid y la provincia de Toledo, mientras que en Tarragona los bomberos confiaban en dar por controlado anoche el fuego y mejoraba la situación de los incendios activos en Ávila, que podrían haber sido provocados.
El fuego, que desde este pasado viernes se extiende por Almorox (Toledo) y las localidades madrileñas de Cadalso de los Vidrios y Cenicientos, obligó a cortar tramos de cuatro carreteras madrileñas y a evacuar a unas 40 personas de la urbanización Alberche del Encinar, que se unen a las del camping de Cadalso. No se esperaba a última hora de la tarde de ayer que el fuego pudiera ser controlado en las próximas horas, debido al calor y la intensidad del viento, según explicó la delegada del Gobierno en la Comunidad de Madrid, Paz García Vera, que señaló que el incendio ha arrasado ya 4.000 hectáreas. Esta cifra fue no obstante, rebajada por Emergencias 112 de la Comunidad de Madrid, que calculó en 2.700 las hectáreas calcinadas hasta el momento.
La Comunidad de Madrid ha activado el nivel 2 del plan de emergencias contra incendios y en la zona trabajaban ayer cerca de 500 efectivos entre bomberos, miembros de la Unidad Militar de Emergencias, guardia civiles, el Summa y agentes forestales, además de 14 medios aéreos, entre ellos tres hidroaviones del Ministerio de Agricultura y un helicóptero de coordinación.
Mientras, los bomberos esperaban dar por controlado anoche el incendio que se declaró el miércoles en la Ribera d’Ebre (Tarragona) y las Administraciones trabajan en un plan de choque para relanzar una zona en la que han ardido unas 6.000 hectáreas. Ayer trabajaron en el perímetro del incendio, que también ha afectado a las comarcas leridanas de Garrigues y Segrià, un total de 50 dotaciones -34 vehículos auto-bomba de los Bomberos de la Generalitat, dotaciones de los agentes rurales, 3 helicópteros y vehículos de apoyo y mando-. Los bomberos de la Generalitat también consiguieron estabilizar el incendio de vegetación agrícola que se declaró ayer al mediodía en Talavera (Lleida), tras quemar unas 40 hectáreas, y que podría haber sido originado por una máquina cosechadora.
En la ciudad de Toledo quedó controlado a las 8.34 horas de la mañana el incendio forestal iniciado el viernes en las afueras de la capital, tras quemar unas 1.600 hectáreas.
En Castilla y León, el consejero en funciones de Fomento y Medio Ambiente, Juan Carlos Suárez-Quiñones, señaló que cree que detrás de los incendios que aún continuaban activos en Ávila está “la mano del hombre”. La Junta rebajó el nivel de peligrosidad de los incendios que aún permanecían activos en los municipios abulenses de El Arenal, Gavilanes y Pedro Bernardo, todos ellos situados en la vertiente sur de la sierra de Gredos, dentro de la comarca del valle del Tiétar. Suárez-Quiñones confió en que el incendio de Gavilanes, que ha sumado un perímetro de 10 kilómetros, quedara ayer estabilizado, mientras que en Pedro Bernardo se mantenía el nivel 1 de peligrosidad, si bien la situación tendía a mejorar. Las previsiones apuntan a que la superficie afectada por este incendio estará por encima de las 500 hectáreaso.
Por su parte, en Cartagena (Murcia), unos 80 efectivos contraincendios y 4 helicópteros lograron controlar en unas cuatro horas un incendio forestal declarado ayer por la tarde en la zona de El Parrillar, en la diputación de Los Puertos. - Efe