MADRID. El fiscal pide ocho años de cárcel por integración en organización terrorista para el presunto cabecilla de la estructura de captación de mujeres, Yawad Mohamed, y siete años de prisión para cuatro procesadas entre las que se encuentra Fauzia Mohammed, detenida en 2014 en la frontera de Melilla cuando acompañaba a una menor de 14 años que se había fugado de su casa en Ceuta para unirse al Estado Islámico. La niña es ahora testigo protegido.
Según el escrito de acusación, esta red se centraba en captar mujeres y menores de edad con perfil de "estudiantes con resultados académicos mediocres, o desempleadas, con un nivel de conocimiento y uso de redes sociales avanzado y con una visión romántica de la hipotética vida que llevarían bajo la tutela" de la organización terrorista.
Para ello, se dirigían en Facebook a mujeres "sensibles" a los mensajes del yihadismo violento para empezar a entablar contacto.
Una vez con cierta confianza, las conversaciones se trasladaban a grupos privados de whatsapp hasta acabar en contacto personal, sin que en la mayoría de los casos, el círculo familiar de las víctimas supiera lo que estaba pasando.
UNA LLAMADA PERDIDA ANÓNIMA
No obstante, Yawad Mohamed, tendría su propio sistema, pues según expone el fiscal, abordaba a las chicas con un mensaje inesperado desde un móvil desconocido a partir del cual entablar conversación. Lo hizo así para captar a otra de las ahora procesadas por integrarse en la organización, Wuafila Mohand. El la llamó a su móvil estando a su lado en la cola de una oficina de Correos y aunque ella no llegó a saber cómo había obtenido su número, le pareció "guapo" y empezaron a hablar.
Ambos acabaron entablando una "estrecha relación", según recoge el fiscal. El le enviaba todo tipo de contenidos de adoctrinamiento, desde cánticos a rezos, y se ofrecía a aclarar sus dudas. No era la única. La menor de Ceuta descubierta con Fatua cruzando a Marruecos declaró que él se había quedado con su documentación, le había concertado un matrimonio en Siria y presionaba para que saliese de España ya.
Esta menor debía contactar con Dunia en Marruecos, otra chica que sin haber cumplido los 18 años había sido captada por Yawad y que ya fue condenada por integración en organización terrorista por el Juzgado Central de Menores de la Audiencia Nacional.
DE CAPTADA A CAPTADORA
El fiscal sostiene que Wuafila, que mantenía relación con todas ellas, tenía la función de "proponer y convencer" a las jóvenes para viajar a zonas de conflicto y les ofrecía para ello 'maridos' yihadistas allí afincados. Se habría convertido así en la "dinamizadora" del grupo hispano-marroquí de captación y "correa de transmisión" de Yawad con el resto de mujeres.
De hecho, ella medió para que otra de las procesadas, Chimaa Borkhress, consiguiera un 'marido' combatiente. Esta mujer, captada en la misma estructura y para la que también pide el fiscal siete años de cárcel, estuvo muy cerca de realizar el viaje a Siria y recibió entre 2013 y 2014 tres giros postales "por parte de los facilitadores" de la red. Cuando llegó a Bulgaria, sacó la maleta del autobús que debía llevarla a Turquía y aunque después intentó subirse, lo perdió. Se volvió a Ceuta.
La última de las acusadas que se sentará esta semana en el banquillo de la Audiencia Nacional se hacía llamar Nadia, aunque su nombre real es Carolina Peña. El fiscal dice que formaba parte de la red de captación de mujeres interactuando en redes sociales y difundiendo propaganda yihadista, desde rezos hasta imágenes de cabezas cortadas o fotos de su propio bebé junto a un arma con una bandana del DAESH.
MUJER, ADOLESCENTE, EUROPEA
El escrito de acusación sostiene que esta mujer estaba "en contacto" vía Skype con gente del Estado Islámico en Siria, así como con un "facilitador" que podía cruzar la frontera turco siria con las chicas que la red captaba y enviaba. Hasta que quiso viajar ella.
La viuda de un combatiente le buscó un 'marido' en zona de combate y en noviembre de 2014 se casó virtualmente con él. Se trata de Melidi Fadli, un francés que se hacía llamar Abu Khaled desde que estaba en Siria luchando para el EI.
Las conversaciones intervenidas revelan que Nadia quería viajar con su hijo, pero sin que el padre lo supiera para que no la denunciase, pero necesitaba que el progenitor firmase los permisos porque ella no tenía la custodia. No lo logró. Cuando Fadli empezó a presionar para que hiciera el viaje, desechó finalmente la idea de llevarse al niño y se dispuso a viajar el 15 de diciembre, día en que fue detenida.
"Las mujeres han constituido un objetivo importante de reclutamiento de la organización terrorista del Estado Islámico", expone el fiscal, quien explica que el autodenominado Daesh creó "brigadas femeninas" destinadas a controlar a las mujeres en sus territorios de influencia para que "cumpliesen estrictamente los preceptos políticos e ideológicos de la organización, basados en una interpretación rigorista y violenta de la Sharia".
"Estas brigadas eran uno de los principales destinos operativos de las mujeres occidentales. Fundamentalmente se buscaban mujeres para los muyahidines y se encontró en las procedentes de Europa una mayor disponibilidad a viajar tras ese proceso de fanatización perfectamente planificado. Asimismo, las adolescentes resultaron muy permeables a la captación a través de las redes sociales virtuales", señala el escrito.