vitoria - Derechos, obligaciones y Ley de Propiedad Horizontal. Tres palabras que empezarán a popularizarse en las reuniones de portal. Y es que, uno de los artículos del decreto que regulará la actividad de los pisos turísticos en la CAV abre la puerta a que las comunidades de propietarios puedan oponerse -por unanimidad- a que en su escalera no haya viviendas o habitaciones con ese uso. Esta posibilidad, sin embargo, no afectaría a las viviendas de esta condición que ya estén operando legalmente.
Eso sí, tal y como puntualizaba ayer Alfredo Retortillo, consejero de Turismo, Comercio y Consumo, en caso de que se adopte esa decisión, no bastará con reflejarlo en el libro de actas. La voluntad de los propietarios deberá ser incluida en los estatutos de la comunidad que, a su vez, deberán estar inscritos en el Registro de la Propiedad. “Para dar seguridad a la situación” así lo exigirá un proyecto de decreto que estará en fase de información pública para que personas, asociaciones o administraciones puedan sugerir mejoras a través de alegaciones.
En principio, este proceso abierto a la participación social, institucional y empresarial finalizará en los primeros días de 2018 (el 3 de enero, apuntaba el consejero) y la intención del Departamento y del Gobierno Vasco es que a partir del primer trimestre pueda ser abordado el tramo final del decreto normativo que desarrollará la Ley de Turismo. El objetivo final es alumbrar un texto legal y garantista tanto para las personas usuarias de este tipo de alojamientos como para las personas propietarias.
El documento propuesto también regula otros derechos de las personas que comparten escalera. El principal, el del descanso del resto del vecindario; de hecho, podrán reclamar a la persona propietaria en caso de que los niveles de ruido no sean los correctos. Además, tendrán que tener un seguro obligatorio de responsabilidad civil con una cobertura mínima de 6.000 euros por persona.
Las viviendas (o habitaciones) ofertadas deberán cumplir unas normas de calidad y cumplirán con el único requisito de “inmediata disponibilidad”. Se detalla también en ese proyecto el criterio de la superficie mínima de 25 metros cuadrados para una persona, 33 para dos, 45 para tres... Y en el caso de habitaciones, habla de un máximo de 12 plazas incluyendo a las personas ya residentes en esa casa. Otro aspecto que destacó el consejero Retortillo fue el de la implantación de un distintivo en el portal o en la puerta de acceso a las viviendas para uso turístico.
Placa y teléfono de atención Esta propuesta (concebida por el Ayuntamiento de Bilbao) permitirá identificar dónde se encuentran las viviendas que cumplen con los requisitos legales, dando garantías tanto a los vecinos como a los clientes a la hora de hacer una reclamación. Igualmente, el número de registro de la vivienda -concedido cuando la vivienda se incluye en el Registro del Gobierno Vasco- tendrá que constar siempre tanto en las plataformas donde se ofertan como en las facturas emitidas.
El proyecto de Decreto contempla también otra serie de medidas dirigidas a garantizar que disfruten del alojamiento en las condiciones pactadas y con seguridad. Por ejemplo, detalló el titular del Departamento de Turismo, Consumo y Comercio, disponer de un plano con indicación de salidas al exterior, información sobre servicios de emergencias, un extintor y botiquín, y “proporcionar un servicio de atención telefónica a los usuarios con un horario mínimo de 08.00 a 20.00 horas”.
Los últimos datos aportados ayer por la directora de Turismo del Ejecutivo vasco, Maider Etxebarria, indican que en el conjunto de la Comunidad Autónoma Vasca están registradas de forma legal, aproximadamente, unos 1.200 pisos de uso turístico en Donostia y otras 300 en el resto de Gipuzkoa, mientras que en Bilbao suman 250 y en el resto del territorio 200. En Gasteiz son 51 dadas de alta y 33 en el resto del territorio.
El decreto serviría para desarrollar la Ley vasca de Turismo aprobada el año pasado, que introdujo como novedad la regulación del alojamiento en viviendas y habitaciones de uso turístico -para las que se requiere que el titular de la actividad tenga su residencia en la vivienda-. La regulación hace referencia únicamente a alojamientos a cambio de contraprestación económica, por lo que deja fuera las fórmulas de economía colaborativa como el intercambio de casas.
120
Donostia y Bilbao, que concentran dos tercios de los más de 2.400 pisos turísticos existentes en la CAV, limitan las viviendas turísticas a un primer piso y a una por inmueble. Y, según confirmaba ayer Maider Etxebarria, directora de Turismo del Gobierno Vasco, el Ayuntamiento que más expedientes ha abierto ha sido el bilbaíno, que ha dado de baja ya 120 viviendas por no cumplir las condiciones para ser turísticas. En Donostia, la cifra es similar; y en tierras alavesas no llegan a la media docena.