Donostia - Enhorabuena por el reconocimiento. ¿Cómo ha acogido la noticia?
-Muchas gracias. Me ha pillado de sorpresa. Sí que creo que había un interés de premiar a alguien del ámbito de la cultura y las artes escénicas porque el año pasado me cogieron de jurado. Ahí coincidí con mucha gente que conocía de foros de igualdad que me dijeron que tenía que presentar mi candidatura, pero a mí me daba mucho pudor porque me parecía que había mucha gente haciendo mucho trabajo en muchos sitios. Pero como lo había comentado con compañeras del equipo, presentaron mi candidatura a mis espaldas, con lo que ha sido una sorpresa, una emoción y estoy muy contenta. Es un reconocimiento muy bonito y una manera de visibilizar a un montón de mujeres de escena con dificultades para sobrevivir.
¿Es el mundo de las artes escénicas hostil para las mujeres?
-Es muy difícil conciliar lo personal con lo profesional. Y yo porque he tenido mucha suerte con el compañero que he tenido, pero esto en muchas parejas es inviable. Y como en otros muchos ámbitos, hay muchísimas actrices amateur que, conforme se van profesionalizando, cada vez hay menos mujeres y más hombres. Los programas los hacen hombres y se programa para los hombres a menos que hagas una toma de conciencia e intentes ser más inclusivo. Y esto lleva a que muchas veces se programa para un público que no existe, porque la mayor parte de consumidoras de cultura, en torno al 65% o el 70% somos mujeres. No se programa para nosotras salvo en las fechas habituales y cubrir el expediente.
Con 30 años de carrera a sus espaldas, ¿este premio supone un revulsivo para continuar?
-Completamente. Este premio me cae en un momento perfecto. Y aprovecho para hacer reivindicaciones del gremio, porque en los últimos cinco o seis años estamos trabajando mucho menos y en peores condiciones económicas y de seguridad. Acusamos mucho los recortes directos e indirectos que ha habido en cultura. Yo tengo la ventaja de que la gente me conoce y me llama, pero la gente más joven o que lleva menos tiempo lo tiene francamente difícil.
¿Cómo pueden contribuir las artes escénicas al ámbito de la igualdad?
-El humor ayuda y mucho a tender puentes entre hombres y mujeres y a tomar conciencia de las desigualdades y a empatizar, a ponernos en el lugar del otro. Todo el arte y todo lo simbólico nos permite hacer estos viajes. El arte y la cultura puede sanarnos, puede sanar los vínculos y es muy importante.