madrid- Desde hace diez años, un equipo de expertos trabaja, por mandato de la Fiscalía de Medio Ambiente, en dibujar el perfil del incendiario en España y ha identificado cinco modelos: los imprudentes (graves y leves), los que actúan sin sentido, los que buscan beneficio, los quieren venganza y los pirómanos

Se trata de un retrato robot en el que trabaja la Guardia Civil a través de su sección de análisis del comportamiento delictivo y en colaboración con la Universidad Autónoma de Madrid. De momento, tienen una base de datos de 2.595 incendios forestales y sigue en aumento. En España se producen anualmente unos 15.000 incendios forestales y alrededor de un 60% son intencionados.

El trabajo de análisis encargado de la Fiscalía muestra que la mayor parte de los implicados en incendios lo hacen por imprudencias, sobre todo leves. Su perfil es el de una persona integrada, trabajador del campo, sin antecedentes ni problemas psicológicos y que suele reconocer los hechos.

Caso distinto es el que causa los fuegos “sin sentido”, que suele ser un hombre desadaptado, solitario, que vive solo o con sus padres y en una localidad pequeña, muy cerca de la zona que prende. Suele estar parado, tiene problemas psicológicos, es consumidor de drogas y con antecedentes policiales. Estará presente en las labores de extinción como mero espectador.

El incendiario por “obtención de beneficio” tiene antecedentes penales por incendios u otros delitos, y no presentan alteraciones psicológicas.

La muestra de los fuegos que se provocan por venganza es aún pequeña y el sistema aún no ha podido determinar el perfil.

A todos ellos se unen los pirómanos, cuyo número es poco significativo y se caracterizan porque disfrutan contemplando el fuego, tienen un deseo irrefrenable de quemar e, incluso, las llamas llegan a excitarle sexualmente. - Efe