Bilbao - La participación de Emakunde en el Programa internacional sobre Servicios Esenciales para mujeres víctimas de la violencia no solo servirá para canalizar la aportación vasca a esta iniciativa, sino que también abre una reflexión sobre el sistema de atención en Euskadi a quienes sufren violencia machista.

Emakunde reunió ayer en Bilbao a representantes de todos los ámbitos implicados en la atención a las mujeres víctimas de violencia de género para que una experta de UNFPA (Fondo de Población de las Naciones Unidas) les explicara los objetivos del programa internacional y para iniciar un proceso de revisión de la atención y asistencia prestados en el ámbito del II Acuerdo interinstitucional para la mejora de la atención de las mujeres víctimas de violencia, que se suscribió en 2009. En la jornada de ayer se analizaron los estándares mínimos de atención que se han fijado desde Naciones Unidas.

El lehendakari, Iñigo Urkullu, asistió a la jornada para recordar que la violencia contra las mujeres es la “manifestación más grave de desigualdad” de hombres y mujeres y un problema de primer orden social que requiere una respuesta “integral y coordinada”. En opinión del lehendakari, el programa internacional en el que participa Emakunde es un reconocimiento a las políticas de igualdad de Euskadi y una oportunidad para seguir mejorado la calidad de los servicios de atención que se les ofrece a las mujeres víctimas de la violencia.

respuesta integral Urkullu reiteró que la prioridad del Gobierno Vasco “es ofrecer una respuesta integral a las mujeres que se enfrentan a situaciones de violencia y, también, a menores y familiares dependientes”. Se trata -dijo- de “una acción coordinada entre las instituciones públicas, que incluye protección policial, asesoramiento jurídico, asistencia psicológica, prestaciones económicas, respuesta educativa, inserción laboral, acceso a la vivienda y respuesta judicial”.

Según explicó ayer la asesora técnica sobre género de la UNFPA Nigina Abaszade, el programa internacional en el que participa Emakunde a petición de la ONU pretende alcanzar un consenso en torno a los requisitos mínimos para dar una respuesta coordinada y de calidad a las necesidades de las mujeres y niñas que sufren violencia. La idea es que el resultado de este consenso pueda ser ratificado por la Asamblea General de la ONU en el futuro. En el programa se abordan los ámbitos policial, judicial, sanitario y de los servicios sociales, así como los sistemas y mecanismos de coordinación.

La directora de Emakunde, Izaskun Landaida, valoró muy positivamente que la ONU considere al Instituto Vasco de la Mujer un referente al que consultar sobre la materia, y señaló que el trabajo que se está realizando en el marco del programa de colaboración va a resultar realmente útil para mejorar la atención de las mujeres víctimas de violencia tanto a nivel mundial, como en Euskadi.

En este sentido, María Socorro Álvarez, responsable del Área para la eliminación de la Violencia contra las mujeres de Emakunde, afirmó ayer los que trabajan en la atención a las mujeres y la lucha contra la violencia de género saben “que existen muchas lagunas en los servicios que prestamos”. “Lo sabemos -explicó- porque llevamos haciendo ese trabajo durante muchos años y hacemos evaluaciones. Desde el año 2006 en Emakunde evaluamos la respuesta institucional ante la violencia contra las mujeres en diferentes ámbitos de atención”. Álvarez citó, por ejemplo, la evaluación realizada en 2007 de la asistencia prestada desde el ámbito judicial y legal a las mujeres que sufren violencia y desveló que este año se ha repetido la evaluación y ya se dispone de los primeros resultados. Según la responsable de Emakunde, en esta última evaluación de la respuesta judicial y letrada a las víctimas de violencia de género ya se han tenido en cuenta los estándares mínimos de atención que ha fijado la ONU y sobre los que se seguirá trabajando en los dos próximos años.

Vías de mejora “Somos conscientes de que el sistema es mejorable -reiteró María Socorro Álvarez-. Lo sabemos perfectamente por estas evaluaciones periódicas, por los informes anuales de seguimiento del II Acuerdo, por el análisis de las quejas recibidas en Emakunde y en otras instituciones, y por el análisis de los datos estadísticos. Con toda esa información estamos haciendo un esfuerzo para conocer el alcance de la atención que prestamos y a qué mujeres estamos llegando a través del sistema integral de atención”.

Álvarez detalló los campos en los que diversos grupos de trabajo convocados por Emakunde trabajarán desde ahora hasta diciembre de 2018 para mejorar el sistema vasco de atención a las mujeres víctimas y también para concretar las aportaciones de Euskadi al programa internacional de la ONU para los servicios esenciales a estas personas. Según la experta, las características comunes que respaldan el funcionamiento y la prestación eficaz de los servicios pasan por que “los recursos deben estar disponibles en cantidad y en calidad y en todo el territorio, tienen que ser adaptables a grupos y comunidades diversas, deben ser accesibles física, económica y lingüísticamente, y deben dar una respuesta adecuada, que respete la dignidad y reduzca la victimización secundaria”.