- Euskadi ha avanzado dos puestos en el ranking mundial de Desarrollo Humano y está en la octava posición en el indicador que mide aspectos del bienestar y el progreso de las personas más allá de la situación económica. Así, según el Índice de Desarrollo Humano (IDH), el País Vasco -con 0,915 puntos- se sitúa en los puestos de cabeza del planeta, solo por detrás de Noruega, Australia, Suiza, Dinamarca, Países Bajos, Alemania e Irlanda.

El IDH es un importante indicador del desarrollo humano que elabora Naciones Unidas y que, a diferencia de los que se utilizan más habitualmente y miden los datos económicos de un país, analiza la salud, la educación y los ingresos. El último informe publicado por el Programa de la Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), con datos referidos a 2014, establece una clasificación mundial de 188 estados, ordenados en función de sus condiciones de vida.

El estudio adjudica a cada uno de estos países un IDH -en una escala de 0 a 1- en función de la esperanza de vida al nacer, de los años esperados de escolaridad de los niños en edad escolar, de los años promedio de escolaridad de los adultos de 25 años o más y de la renta nacional bruta per cápita.

El Eustat ha calculado el IDH de Euskadi para el periodo 2010-2014 aplicando la metodología del PNUD y ha obtenido una puntuación de 0,915, que es igual a la de Estados Unidos y coloca al País Vasco en los primeros puestos dentro del grupo de países de Desarrollo Humano Muy Alto. Además, entre 2010 y 2014, Euskadi ha avanzado de la décima posición a la octava, adelantando a Reino Unido y Nueva Zelanda.

La calificación vasca y su puesto en el listado de IDH es superior a la del Estado español, que obtiene un índice de 0,876 y ocupa el puesto 26, detrás de Eslovenia.

punto de referencia El lehendakari, Iñigo Urkullu, hizo ayer una referencia a la mejoría registrada por Euskadi en el IDH y señaló que “es un gran punto de referencia para identificar, aunque nos queda mucho por hacer, que vamos avanzando por el buen camino”.

El IDH mide el desarrollo de un país en función de tres dimensiones muy importantes para la vida de las personas: la salud (esperanza de vida), la educación (años de escolaridad) y el nivel económico (ingresos per cápita). Al ser un indicador de las posibilidades que tienen las personas de tener una vida digna y saludable, el IDH es valioso para marcar las prioridades de las políticas públicas y las decisiones gubernamentales, además de ser un referente para evaluar el progreso de una sociedad. Según el PNUD, el desarrollo humano tiene por objetivo ampliar las oportunidades de las personas, prestando especial atención a la riqueza de las vidas humanas y no solamente a la riqueza de las economías.

Las mejoras De acuerdo con los datos del Eustat, entre los años 2010 y 2014, en Euskadi han registrado mejoras los aspectos relacionados con la salud y la educación, aumentando la esperanza de vida de 82,6 a 83,4 años, cifra ésta última sólo superada por Hong Kong (84,0) y Japón (83,5). Los años esperados de escolaridad aumentan de 18,1 a 18,8, situándonos por detrás sólo de Australia (20,2 años), Nueva Zelanda (19,2) e Islandia (19 años).

En cuanto a los años promedio de escolaridad, aunque también aumentan en ese período, pasando de 10,2 a 10,8 años, Euskadi se ve superada, entre otros, por países como Alemania y Reino Unido, ambos con 13,1 años de media.

En relación a la renta nacional bruta per cápita, la de la Comunidad Autónoma Vasca disminuye entre 2010 y 2014 alcanzando los 42.100 dólares estadounidenses el último año, medidos en términos de paridad de poder de compra, lejos del país líder mundial en el IDH, Noruega, que cuenta con 65.000 dólares de renta per cápita.

En este sentido, una explicación de la reducción en el nivel de renta experimentado por el País Vasco, estaría en los efectos de la reciente crisis económica y, más concretamente, en el hecho de que el aumento del paro de larga duración ha introducido factores de exclusión social y económica.

El Informe a nivel mundial sobre el IDH elaborado en 2015 por el PNUD y en el que se basa el análisis del Eustat, pone el foco en el factor trabajo y destaca los “extraordinarios progresos logrados en el ámbito del desarrollo humano durante el último cuarto de siglo”. “Hoy en día -indica el PNUD-, la población es más longeva, hay más niños y niñas que van a la escuela, y un mayor número de personas tiene acceso a agua limpia y a un sistema de saneamiento básico. Los ingresos per cápita en el mundo han aumentado y la pobreza ha disminuido, lo que se ha traducido en un mejor nivel de vida para una gran parte de la población. La revolución digital ha conectado a personas de diferentes sociedades y países. El trabajo ha contribuido a este progreso mediante el desarrollo de las capacidades humanas. El trabajo decente ha proporcionado a las personas un sentido de dignidad y la oportunidad de participar plenamente en la sociedad”.

El informe recuerda que no existe un vínculo automático entre el trabajo y el desarrollo humano, pero que la calidad del trabajo es una dimensión importante para lograr que el empleo mejore el desarrollo humano.

El Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo también señala que el progreso asociado al desarrollo humano no solo hace referencia a la ampliación de las opciones de vida de las personas y su capacidad de recibir educación, estar sanas, disponer de un estándar de vida razonable y sentirse seguras, “sino que también es cuestión de lo sólidos que sean estos logros y de si se cuenta con las condiciones suficientes para el desarrollo humano sostenible”.