Madrid - Las consecuencias del cambio climático, como el aumento de las olas de calor o el empeoramiento de la contaminación atmosférica, causarán 250.000 muertes prematuras al año a partir de 2030, según las estimaciones de un estudio del Observatorio de Salud y Medio Ambiente DKV Ecodés. El informe Cambio climático y salud, actuando frente al cambio climático para mejorar la salud de las personas y del planeta, presentado ayer en Madrid, hace un compendio de la literatura científica y los documentos de organizaciones internacionales en esta materia.
Su conclusión es que sólo el empeoramiento de cuatro situaciones que afectan a la salud pública -eventos meteorológicos extremos, calidad del aire, seguridad alimentaria y enfermedades infecciosas- incrementará las muertes prematuras en 250.000 personas al año a partir de 2030, según la Organización Mundial de la Salud (OMS).
En cuanto a eventos meteorológicos extremos, el estudio pone de manifiesto que se han triplicado desde 1960, y sólo en 2015 hubo 32 grandes sequías y 152 episodios de inundaciones agravados por el cambio climático a nivel mundial.
Además, las olas de calor son más frecuentes e intensas, y sólo en España causaron 13.000 muertes prematuras entre 2001 y 2009, según un estudio del Instituto de Salud Carlos III recogido por el Observatorio. “Comparando los datos de las olas de calor y de frío, resulta que la mortalidad diaria atribuible a las olas de frío es superar a las de calor, pero hay menos días de olas de frío que de olas de calor, por lo que la mortalidad total de calor es superior”, matizó el autor del estudio, Jesús de la Osa. En total, el aumento de fenómenos meteorológicos extremos proyectado para 2030 podría causar 60.000 muertes prematuras anuales.
Respecto a la contaminación atmosférica, que ya causa 33.000 muertes prematuras en Europa -16 veces más que los accidentes de tráfico- y cuesta 38.000 millones de euros de gasto sanitario, la previsión es que la situación se agrave con el aumento de temperatura previsto.
El cambio climático creará también “condiciones favorables” a muchos vectores transmisores de enfermedades infecciosas y a los microorganismos que las provocan, no solo por la permanencia y proliferación de esos vectores (como mosquitos o garrapatas), sino también por la entrada de otros nuevos tropicales o subtropicales que se adapten a vivir en climas más áridos. El estudio recuerda que las enfermedades transmitidas por vectores representan más del 17 % de las enfermedades infecciosas, y que cada año se registran más de un millón de defunciones como consecuencia de ellas.
Por su parte, la reducción de la producción de alimentos y el aumento de la desnutrición asociado a los efectos del calentamiento causaría más de 500.000 muertes extra a partir de 2050, comparado con un escenario sin cambio climático, a tenor de los cálculos de un estudio publicado en la revista The Lancet. - Efe