barcelona - El Hospital Clínic de Barcelona comenzará este mes un ensayo clínico de una técnica pionera a nivel mundial con la que prevé frenar la neuromielitis óptica y la esclerosis múltiple, incluso en aquellas fases más avanzadas que no reaccionan a los tratamientos ya existentes. Esta técnica, denominada terapia antígeno específica y aplicada hasta ahora en pacientes con enfermedad de Crohn con resultados significativos, consiste en un tratamiento con células dendríticas tolerizadas para modular las defensas de los pacientes de una manera muy específica y selectiva y frenar así la inflamación que causan las dos patologías sin alterar el resto de defensas.
Más concretamente, este tratamiento, cuyos ensayos se prevé que terminen a finales de 2015, se prepara con la sangre de cada paciente durante una semana en el laboratorio, con el que, a partir de la maduración de un tipo de glóbulos blancos de la sangre -las células dendríticas-, se pretende suprimir la respuesta inflamatoria en vez de promoverla. “Hay una serie de células del organismo que reaccionan contra tejidos del propio cuerpo, y lo que queremos es que paren de atacar y empiecen a generar las repuestas adecuadas”, resumió el doctor Daniel Benítez sobre el proyecto, aprobado por la Agencia Española del Medicamento. Asimismo, la doctora Irati Zubizarreta, también investigadora del ensayo, recordó que, ante todo, el objetivo de este estudio es “garantizar la seguridad del paciente”, ya que los tratamientos actuales tienen muchos efectos secundarios adversos.
Este ensayo tiene previsto aplicarse en doce pacientes y, entre los criterios de selección, se establece que los perfiles deben tener entre 18 y 65 años, que registren una duración de la enfermedad superior a un año y un grado de discapacidad entre 3,0 y 8,5. Por otra parte, quedan descartados aquéllos que hayan recibido tratamiento con corticoides o hayan tenido un brote de la enfermedad durante el último mes, sufrir alguna enfermedad sistémica grave o tener antecedentes personales de cáncer, mujeres en edad fértil que no utilizan métodos anticonceptivos eficaces, embarazadas o lactantes.
“Los controles serán estrictos”, explicó Zubizarreta, “y no se paralizarán hasta llegados a los dos años desde el inicio del tratamiento”, que consistirá en la inyección de tres dosis con dos semanas de diferencia entre cada una de ellas. - Efe