BILBAO - El Auditorio de la Universidad de Deusto se llenó de público para escuchar su disertación. Dialogar con ella es asistir a una máster class de periodismo puro. Rosa Mª Calaf ha sido hasta fechas recientes la corresponsal más veterana de TVE. Ha vivido en lugares como Nueva York, Moscú, Buenos Aires, Roma, Viena, Hong Kong y Pekín. 37 años de oficio son el aval de esta titán del periodismo. En sus más de tres décadas de profesión ha estado en 160 países, micrófono en mano, a la búsqueda de la noticia. Su último destino profesional fue la cobertura de los Juegos Olímpicos de Pekín en 2008. Ese mismo año se acogió voluntariamente al ERE de TVE. Desde entonces vive tal vez más alejada de las cámaras o los micrófonos, pero nunca del periodismo.
En DeustoForum, Calaf ofreció la conferencia Contando el mundo en femenino, al hilo de cumplirse los 20 años de la Declaración y la Plataforma de Acción de Beijing, en favor de la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres.
¿Por qué tenemos que contar un mundo en femenino, acaso porque hasta ahora solo nos han dado la versión masculina?
-Totalmente de acuerdo con lo que dices. Aunque en unos países más que en otros. La generalidad es que seguimos todavía en sociedades muy androcéntricas. Yo lo resumo en una frase: Si en algo hay igualdad es la desigualdad en todas partes.
Veinte años de la Declaración de Beijing en favor de la igualdad de género ¿De manera práctica, qué se ha conseguido en el mundo?
-Aunque no pude acudir a Beijing porque estaba en Roma de corresponsal seguí la Cumbre muy de cerca porque el Vaticano -cubría esta información también- fue muy activo y beligerante. La Declaración de Beijing fue clave porque, entre los doce puntos que contenía, figuraba el de que los Derechos Humanos eran también Derechos de las Mujeres; muchos de los países asistentes se comprometieron, al aprobar la Plataforma, a trabajar por el empoderamiento y por velar por los derechos universales básicos también para ellas.
¿Cree que los mismos compromisos de 1995 podrían ser hoy en día aprobados internacionalmente?
-Sí, porque no se cumplen. Digamos que se ha avanzado algo en determinados países, sobre todo, en la legislación del mundo Occidental; en algunos que están en vías de desarrollo han dado pasos en sus constituciones. Sin embargo, una cosa es el marco jurídico y otra lo que se expone en esa Declaración de Pekín y la Plataforma de acción. Hay una igualdad formal y otra real que no se corresponden; sí ha habido progresos, aunque en mentalidad y en la intervención directamente en la educación andamos muy escasos.
¿Contribuimos los medios lo suficiente a la igualdad de género?
-Los medios convencionales y los digitales están reproduciendo los estereotipos machistas y los prejuicios de siempre. La mujer sigue apareciendo de víctima, como personaje secundario, como cuidadora... En el entremetiendo, en la mayoría de las series, en los concursos, programas cómicos... las bromas siguen siendo muy sexistas. Todo eso no ayuda a modificar la imagen de la mujer y no cambiamos lo que tiene que ser el papel de la mujer en la sociedad.
Ud. es una periodista que ha recorrido el mundo entero ¿Se ha sentido discriminada por ser mujer?
-En numerosas ocasiones y en sociedades equivalentes a las nuestras donde todavía debes de estar permanentemente demostrando que eres capaz de hacer lo que estás haciendo. Porque la capacidad a las mujeres no se nos supone. A lo largo de mi carrera profesional he sufrido multitud de feos por mi género. Pero donde he sentido más la discriminación ha sido en los países en los que predomina el fundamentalismo religioso o el patriarcalismo estructural. Allí no puedes entrar en ciertos lugares o entrevistar a algunos personales por ser una mujer; te ponen unas obligaciones ¿cuales? vestirte de determinada forma, no poder ir sola a algunos lugares; se atenta contra tu integridad física y tu dignidad personal.
¿En esos lugares ha podido entrar en el mundo de las mujeres?
-Si hago un balance final, el haber estado en esos países fundamentalistas para mí no ha sido una desventaja, al contrario, el hecho de haber podido introducirme en el mundo femenino me ha permitido conocer el mundo real, porque donde una ve cómo funcionan los países y las comunidades es en el vivir diario de la gente. Eso te lo cuentan las mujeres; los hombres te ofrecen la visión oficial.
¿En el mundo del periodismo, la juventud está sobrevalorada?
-Sí, pero no solo en el periodismo. Hemos creado un tipo de sociedad donde parece que la experiencia no es indispensable y que el único valor es la juventud. En el caso de las mujeres en los medios es clarísimo. Es como cuando te dicen eso de cuántos años tienes y cuando les dices tengo tantos.... van y te contestan con un: pues pareces más joven cuando lo que te podrían decir es: qué bien que has vivido tanto y habrás aprendido mucho.
¿En los medios visuales se prima el fisiqueo sobre la valía?
-Sí. Eso extorsiona el modelo, las mujeres construyen la sociedad y forman parte de la misma a todas las edades y con todas las apariencias. Si uno va a operarse de corazón abierto buscará al mejor profesional y no le importará que sea hombre o mujer, que sea joven o mayor. En la TV debería ser igual. Todavía lo que es más tremendo es que cuando dices esto inmediatamente saltan contestándote que lo que estás diciendo es que si una mujer es guapa es tonta, y no se trata de esto.
¿De qué se trata?
-Que esa mujer es perfectamente capaz de hacer lo que hace, que tiene gran talento y que está donde está no por su valía, si no por su presencia física. Si hiciera lo mismo y tuviera el mismo talento pero no fuera guapa no se hallaría ahí. Eso no se debe permitir.
Para usted el periodismo además de información tiene un compromiso social.
-Es lo que el periodismo debe ser, un servicio a la mayoría, al bien común; es una responsabilidad de darle a los ciudadanos el conocimiento de lo que sucede; ofrecerles los elementos sobre los que va a basar su opinión y les va a permitir tener decisiones. Si esos elementos no son de calidad esa opinión estará viciada y las resoluciones que tome pueden estar equivocadas. La responsabilidad, el compromiso, es el quid de la profesión, por eso creo que es mucho más que un trabajo; no quiero decir que sea más importante y más valorada que la de un señor que hace tornillos porque todo es necesario para la sociedad; en el periodismo el compromiso es superior porque la consecuencia de una mala práctica también es mayor.
¿Cree que estamos retrocediendo en los derechos de las mujeres?
-En España se ve claro con la Ley del Aborto; o con la vuelta a la mujer objeto. ¿Los grandes ídolos de la canción lo son porque cantan bien o porque van desnudas? En el momento en el que el cuerpo de la mujer es otra vez objeto de deseo es un retroceso. Hay que ser conscientes de ello porque si no no pondremos la solución. A las mujeres en los países del Sur se las quiere hacer creer que no hay nada que hacer, que las cosas son así y que hay que resignarse, pero hay opciones. A las del Norte se nos intenta hacer pensar que no hay nada que hacer porque está todo conseguido y nos critican por hablar de feminismo y decir que aún es necesaria la lucha. Lo cierto es que hay mucho que hacer y se puede hacer porque no todo está logrado.