Valencia. Esta investigación, publicada en la revista americana Analytical Chemistry, ha sido coordinada por los profesores Sergio Armenta y Miguel de la Guardia, y por los profesores Marcelo Blanco y Manel Alcalà, informa la Universitat de València en un comunicado.
El método consiste en el análisis de una torunda de algodón con la que se frota el interior de las fosas nasales y que se analiza, tras la extracción de los residuos en etanol a temperatura ambiente, por espectroscopia infrarroja y por espectrometría de movilidad de iones, dos técnicas fácilmente accesibles y de las que se dispone de instrumentación portátil de coste moderado.
El procedimiento no es agresivo, al no implicar la extracción de sangre, y no supone molestias al ciudadano, señala la misma fuente.
Además permite eliminar errores debidos a falsos positivos, que podrían causar daños a la reputación y trastornos legales, o falsos negativos que dejarían sin castigo conductas irresponsables.
La aplicación de esta nueva metodología combina la excelente sensibilidad de la movilidad iónica con la gran selectividad del IR para diferenciar sustancias.
El estudio evidenció que hasta tres horas después de haber consumido cocaína se podía detectar su uso, así como que la presencia de residuos de inhaladores nasales no creaba dudas sobre la presencia o ausencia de cocaína.