LOS pronósticos más agoreros se cumplieron. La desorbitada subida de un 14% del IVA hace un año a peluquerías, floristerías y papelerías ha puesto a estos servicios al borde del precipicio. El Gobierno central pretendía reducir el déficit público aumentando la recaudación, pero su medida ha acabado frenando el crecimiento económico. Los locales que no han bajado la persiana han recortado drásticamente sus plantillas, enviando al paro a miles de personas. Y los que sobreviven se preguntan si habrán de sortear nuevas trabas, temerosos de haber agotado ya sus fuerzas. En Álava, han sido doce duros meses para los pequeños empresarios afectados por la medida, obligados a asumir la subida para no incrementar los precios mientras el consumo continúa descendiendo, sus gastos crecen, hay más competencia desleal y se consolida la economía sumergida.

Los peluqueros han visto esquiladas demasiadas ilusiones este año. Su portavoz dentro de la Federación de Comercios y Servicios de Álava, Gorka Nevado, asegura que las plantillas de los salones han bajado un 35% y que la facturación ha caído un 40%. Datos oficiales de locales que sucumbieron al hachazo del IVA en la capital todavía no tiene, pero basta con salir a la calle y abrir los ojos. Seguramente no se equivoca cuando calcula que alrededor de un 30% de los establecimientos ha cerrado o ha cambiado de dueño. Son unas cifras terribles en un sector que un día brilló. Ahora, estilistas con largo bagaje que lucharon hasta conseguir su propia empresa se ven obligados a trabajar a las órdenes de personas puede que más jóvenes o con menos experiencia que ellos.

Es tal la agónica demanda de trabajo en el sector que los tres salones de Nevado reciben solicitudes todos los días. La avalancha de currículos fue especialmente arrasadora cuando se supo que iba a abrir un Eternian en Aretxabaleta, inaugurado este mismo jueves. "Los había de personas que llevan cuarenta años en esto, que no han podido aguantar el tirón del IVA", explica. Por eso, hay quienes se preguntan cuál es su secreto para, más allá de subsistir, crecer en un mundo que parece desmoronarse. "En este gremio existe poca formación a nivel de gestión empresarial, además de que hubo un tiempo en que montar una peluquería era relativamente barato. Quizá nosotros hemos tenido más experiencia, llevamos desde 2007 trabajando desde la perspectiva de la crisis, con planes de viabilidad... Y también influye la suerte". Tal vez, por humildad, el estilista obvia su prestigio. Es uno de los grandes.

Peluquerías siempre va a haber, en cualquier caso, así que Nevado anima a sus compañeros a adaptarse al mercado. "Hay que renegociar con los proveedores, el alquiler, con los bancos... Y, cuando ya se ha hecho todo eso, adecuar los precios de los distintos servicios de acuerdo a las condiciones de vida de la población", explica. Otro remedio no queda porque, a juicio del estilista, aquella época dorada en que los salones de belleza se llenaban más que los bares pasó y no regresará. Lo que sí espera es que las instituciones se den cuenta de que el desorbitado incremento del IVA del 8% al 21% ha sido un fiasco "y volvamos a la situación anterior". Sería una buena noticia para los floristas, otro sector dolorido por la carga que impuso el Gobierno central, sobre todo ahora que el Consistorio vitoriano está a punto de darles un varapalo al obligarles a pagar por la colocación de mercancía en la calle. "Aún no sabemos cuándo se va a aplicar el impuesto ni a cuánto ascenderá, pero será en breve", alerta la portavoz del gremio, Ángela de la Hoz.

Hace unos días un funcionario acudió a su local, la floristería Arantza, para medir la superficie que el género ocupa de puertas afuera y cuantificar el dinero que deberá abonar si quiere seguir teniéndolo allí. "Y encima, para rematar, me felicitó porque, según dijo, tengo un exquisito gusto con la decoración", recuerda la trabajadora. Ni ella ni a sus colegas de profesión entienden que la Green Capital grave esta práctica cuando lo que hace es dar vida a las calles. En otras ciudades de Europa, las flores y plantas son indispensables, no una molestia o una oportunidad para recaudar. Ángela acaba de llegar de Treviso, en el norte de Italia, y no puede dejar de pensar en su espectáculo de colores mil. Un cuadro que difícilmente se reproduciría aquí.

La realidad es que las medidas de ajuste han consolidado la percepción española de que las flores y plantas son artículos de lujo. "Es el penúltimo país en ventas de toda la UE, porque no se ven como una decoración necesaria, mientras que vas a otras naciones y en todos los sitios, calles, restaurantes, casas, las hay, porque las consideran algo indispensable, son vida", explica Ángela. Por eso, y aunque los comerciantes alaveses hayan asumido el IVA para no hacérselo pagar a los clientes, las ventas han continuado bajando. La facturación en el último año se ha precipitado un 8%, según el cálculo de esta trabajadora. El gremio ya no gana. Subsiste a la espera de tiempos mejores, aunque con el inminente hachazo del Ayuntamiento resulta difícil que el sector deje de marchitarse.

Al menos este año "no ha cerrado ninguna floristería". Y eso que, trabas económicas aparte, el gremio ha de enfrentarse a una competencia cada vez más desleal. "Esos bazares que venden de todo, desde una pila hasta una florecita, sin mano de obra cualificada, nos están haciendo también mucho daño", reconoce Ángela. Es una pupa expansiva que llega también a las papelerías, aunque al menos este sector parece que encajó mejor el bache del IVA. "Se tomaron medidas antes de septiembre para tratar de adelantar las compras y luego ya el año fue normal", apunta el portavoz, Eduardo Martínez de Estarrona. Las ventas, no obstante, se han vuelto a resentir con la llegada del nuevo curso porque los padres se moderan más y compran justo lo que pide el colegio. "O sea, que sufrimos la crisis como todos, claro que como librería tenemos otra paralela", apostilla su hermana Maribel. El e-book es la puntilla de un achaque motivado sobre todo por el crac editorial. "Se ha publicado sin parar, era como una huida hacia adelante, muy por encima de las ventas. Por eso, yo digo que el sector entero nos tenemos que unir y buscar una salida. Todos". Juntarse para adaptarse al mercado. Que ya lo dice Nevado. "La década prodigiosa no volverá...".