amurrio. Las cumbres de Sierra Salvada encierran muchos secretos y uno de ellos lo descubrió en 1991, buceando en el archivo del Ayuntamiento de Ayala, el vecino de Amurrio Alberto Luengas Otaola que, por aquel entonces, andaba recopilando información para un guión de tres capítulos del que surgió un vídeo sobre la citada serranía. Se trata de un documento de 1630 en el que se recoge cómo los vecinos de la Tierra de Ayala acordaron construir una lobera, "cuyo hoyo fuera realizado junto a la ermita de San Vítores, cerca del portillo del Aro".

El dato fue incluido por Luengas en el mencionado trabajo audiovisual, armando un gran revuelo. No en vano, ponía sobre la mesa que en el siglo XVII hubo en la zona un templo del que no se tenía constancia ni oficial, ni popular, ya que ni los pastores ya jubilados habían oído nunca hablar de la ermita. "En marzo de 1993 presenté los tres capítulos del vídeo en el salón del Ayuntamiento y ante la presencia del diputado de Cultura, don Pedro María Ramos Calvo. Unos meses más tarde, recibí un comunicado en el que se me indicaba que acudiera a las oficinas municipales para aclarar lo que decía sobre la ermita", recuerda Luengas.

Fue en aquella reunión cuando esgrimió el documento hallado para dar veracidad a un trabajo que, aunque en un principio fue tildado de invento, un año después (1994) dio pie a la Corporación ayalesa a celebrar por primera vez una fiesta en el citado lugar, en honor al desconocido santo, del que también se talló una imagen que fue bendecida en Roma por el Papa Juan Pablo II, el 27 de agosto de 1997. "La realizó en madera de cerezo, traída desde Cerezo de Río Tirón (localidad en la que nació San Vítores), el artista y expelotari residente en Amurrio, José Andrés López , Orozko. La bendición papal se consiguió por mediación del párroco de la basílica de San Pedro en el Vaticano, Giovanni Ferroti, quien hace años ejerció su sacerdocio en la localidad ayalesa de Menagarai", según relata el propio Alberto Luengas en el libro homenaje a su hermano Andrés El pastor más joven de la Sierra Salvada.

No fue el único gesto en nombre del recién descubierto patrón y protector de los pastores ayaleses. También hubo un intento de devolverle su desaparecida ermita, aunque finalmente lo que se erigió en su nombre fue un rústico altar de piedra con arco al aire libre, en las cercanías del Portillo de Aro. Éste sigue existiendo y, aunque la onomástica del santo se celebra el 26 de agosto, cada primer sábado de septiembre desde hace 19 años, se ha convertido en un lugar de obligado peregrinaje para las gentes del sector primario del Valle de Ayala.

Programa festivo Hoy es ese día, y los alrededores del refugio de Kobata -zona en la que aún los pastores mantienen sus txaulas o refugios- serán el punto de encuentro de las decenas de personas que ascenderán hasta estas cumbres con el objetivo de tomar parte en la cita. El programa comenzará oficialmente a las 12.00 horas con una misa al aire libre cantada por la coral ayalesa Eskutxiko Ahotsak. Mucho antes numerosos vecinos y vecinas de toda la comarca ya habrán elegido y preparado los rincones donde más tarde disfrutarán en familia de la comida popular que a las 14.30 horas repartirán los integrantes de la Sociedad Gastronómica Rakatapla de Llodio, cocineros habituales de la tradicional paella de San Vítores.

Antes, se desarrollará un concurso de perros pastor, en cuyo marco tendrá lugar el acto de homenaje a las personas que aún hoy, y desgraciadamente cada vez menos, se dedican al duro oficio del pastoreo en la Sierra Salvada. En este caso el pastor que recibirá el trofeo será Víctor Pérez Palomar, alias Palomares. La tarde estará animada con juegos ya típicos de esta jornada tales como rana, lanzamiento de txapela o una simpática sokatira en la que los pastores medirán sus fuerzas ante otros ganaderos del valle. El broche de oro lo pondrá la romería de bailables con Otegui. Desde el Ayuntamiento de Ayala, insisten un año más que el acceso con vehículos estará restringido excepto para la organización y vehículos de emergencia. De esta manera, quienes no dispongan del permiso oportuno no podrán subir en coche de 9.00 a 11.00 y de 11.45 a 12.30 horas.

Durante toda la jornada estará a disposición del público una txosna, montada y suministrada por los propios pastores, para la que se espera contar con los asistentes para atender los turnos. En pasadas ediciones este servicio se prestaba de manera privada, pero se ha decidido optar por la colaboración "voluntaria y altruista" de todos para que la recaudación pueda destinarse íntegra, no solo a la organización de la fiesta del año próximo, sino también a cuestiones que afecten a la sierra.

De esta forma, este mártir burgalés del siglo IX -que vivió siete años como ermitaño en una cueva cerca de la localidad de Oña y que fue decapitado por predicar el evangelio cristiano durante un periodo de dura represión musulmana- ayudará a sus protegidos a mantener el entorno milenario en el que han ejercido su dura profesión durante generaciones. Ahora sólo falta que las previsiones meteorológicas no se cumplan y que salga el sol, para que gente de toda la comarca ayalesa suba a Sierra Salvada por San Vítores.