Araia. Al filo del mediodía, en el escenario principal, dio comienzo el trofeo Andra Mari del concurso de queso Idiazabal. Un total de 24 productores, uno más que en 2012, respondieron a la convocatoria. Diez alaveses, uno vizcaíno, nueve guipuzcoanos y cuatro navarros, todos ellos pastores con rebaño propio de oveja latxa o carranzana. Entre los miembros del jurado, estaban en esta ocasión Carmen de Vega, habitual en este tipo de certámenes, estudiosa del queso y profesora de farmacia de la UPV; Leticia Plágaro, integrante de La Cocina de Plágaro; Joserra Agiriano, cocinero y catador; Benjamin Urdiain, primer chef que logró tres estrellas Michelín en el Estado al frente del restaurante madrileño Zalacaín; y Fermín Leizaola, presidente de Etnología de la Sociedad de Ciencias Aranzadi. Además, tras el éxito cosechado el pasado año con el Rioja Alavesa, se volvió a invitar a la cata a un productor de txakolí alavés para -como señalaron desde la organización- reforzar el valor del maridaje de dos productos de primera calidad.

El tercer premio recayó en Jon Etxeberria, de Zeanuri. El segundo fue a parar al caserío de Zerain, de Javier Muñoz. Y la victoria estuvo en manos de los hermanos Audikana, de Gereñu. En cuanto al vencedor del premio local, la quesería de Unai Lecuona de Araia se impuso al resto. Los tres primeros clasificados obtuvieron premios en metálico de 300, 200 y 100 euros, además de un trofeo y un lote de varias botellas de txakoli alavés de Okondo.

Calidad superior, rayando en la excelencia. Los expertos encargados de determinar cuáles eran los mejores quesos de oveja lo tuvieron verdaderamente difícil. Tanto, que las diferencias entre los primeros clasificados fueron mínimas. De hecho, entre el primero y el tercero apenas hubo tres puntos de diferencia. Y eso que se tienen en cuenta muchas características a la hora de ponderar estos productos.

El jurado, compuesto por profesionales, valoró características como la corteza, el color, los ojos, la textura, la pasta, el olor, el sabor o el regusto de quesos blancos y ahumados mimados por sus elaboradores. Un examen con el que Joserra Agiriano quedó encantado. Este cocinero y catador calificó como "altísimo" el nivel de los quesos participantes -quince blancos y nueve ahumados- y de una "perfección gustativa extraordinaria". Agiriano quiso alabar la labor que realizan los pastores, especialmente los alaveses, que, como este año, deben hacer frente a multitud de problemas. Además, destacó que "este año podemos decir que no hemos tenido ningún queso defectuoso y que tan sólo se han diferenciado por pequeñeces".

La alegría que desbordó la ganadora, Irune, al recoger el premio se contagió entre todos los presentes. Participante en al menos cinco ocasiones en el concurso, finalmente se alzó con el máximo galardón gracias a un queso ahumado elaborado en el mes de marzo con cuajo artesano. "Siempre que traes un queso esperas lo mejor, y este año lo hemos conseguido", reconocía, orgullosa de su trabajo, al tiempo que comentaba que "de aquí saldrá el campeón de Ordizia de este año". Su próxima cita será el domingo en Plentzia.

Los miembros del jurado reconocieron haberlo tenido "realmente difícil" a la hora de nombrar a los vencedores que el próximo año volverán a acudir a su cita en Araia con más y mejores quesos, ésos que inundan de rico aroma el pueblo ubicado a las faldas del Aitzgorri.