Vitoria. "Hemos llegado a un punto en el que han convertido esto -por el aeropuerto de Foronda- en algo inviable. Esta movilización carece ya de sentido". "Aquí no se le cae la cara de vergüenza a nadie". Estas palabras, en boca de portavoces del colectivo de trabajadores del aeródromo gasteiztarra consultados por este diario, sirven para contextualizar el final de un proceso de protestas que ha logrado visibilizar durante un año la lucha de la plantilla de la terminal en defensa de sus empleos y de la viabilidad de una infraestructura ahora mutilada por las decisiones adoptadas por el Gobierno central (PP) y por la inacción de otras administraciones. Ante esa tesitura, y tras una reducción de más de 100 empleos -de 132 a los 26 actuales-, el citado colectivo protagonizará hoy su última movilización. Participarán a partir de las 19.00 horas en la manifestación semanal que, en defensa del empleo, recorre la capital alavesa. Con posterioridad, colgarán su pancarta en la balconada de San Miguel.
La postura de estos trabajadores es consecuencia directa del llamado Plan de Eficiencia planeado por el Ministerio de Fomento para los aeródromos estatales de tercera categoría (menos de 500.000 pasajeros al año) y de los intereses políticos del partido político que gobierna España (PP), que ha primado las instalaciones aeroportuarias de Zaragoza (Aragón está gobernada también por los conservadores) en detrimento de las de Vitoria, hasta la fecha, señera en el transporte de carga. Ambas circunstancias se han traducido en el recorte de la capacidad de Foronda -ya sólo puede operar 12 horas al día y cinco días a la semana- o en la eliminación del PIF (Puesto de Inspección de Fronteras, indispensable para el porte de animales y productos de origen animal).
Ante tales evidencias, y una vez reacondicionada la plantilla -70 desvinculaciones voluntarias (figura similar a las prejubilaciones), 19 traslados y ocho despedidos-, "nuestra lucha no tiene sentido. Ya no se van a poder prestar los servicios necesarios. Si tarde, la presión pública hiciese recular a nuestros dirigentes, lo solucionarán con la contratación de empresas de servicios de sus amigos sin experiencia en los trabajos encomendados. Los amigos son los amigos, y ésa ya no es nuestra guerra", indican los trabajadores a través de un comunicado.
Al respecto, desde este colectivo se aduce que con la actual situación "se ha demostrado que no se puede funcionar". Además de dejar de atender operaciones de vuelo, desde Aena se busca un ingeniero técnico para Foronda tras haber desmantelado un equipo técnico y de mantenimiento de 30 profesionales, de los que quedan tres. Improvisación al servicio de intereses políticos.